En todo el mundo, los retos a los que se enfrentan las mujeres se ampliaron y se agudizaron debido a la pandemia de covid-19. Las mujeres son las más afectadas por la crisis sanitaria y económica. Sobre ellas recaen todas las obligaciones del trabajo de cuidados dentro y fuera del hogar. Las desigualdades y las vulnerabilidades se profundizan y se incrementa la violencia. Por este motivo, el 8 de marzo de 2021, Día Internacional de la Lucha de las Mujeres, las mujeres tuvieron que poner en marcha la creatividad para poder manifestar su irreverencia y expresar la urgencia de sus luchas y reivindicaciones. En este texto reunimos los análisis y las luchas compartidas por las participantes del webinario «Resistencia y solidaridad feminista en el mundo», organizado por la Marcha Mundial de las Mujeres y Capire, celebrado el pasado 23 de marzo.
Las mujeres crean nuevas formas de organización. En todo el mundo, encuentran modos de compartir sus experiencias con otras mujeres y de expresar sus reivindicaciones y su solidaridad internacionalista, ya que las trabas a las que se enfrentan son similares, incluso cuando las separan muchos kilómetros y zonas horarias. Luchan por sostener la vida y resistir a un modelo económico anclado en cercas, muros, privatización, autoritarismo y muerte. Pero en cada región los movimientos se enfrentan a realidades específicas y organizan sus propias formas de reaccionar.
En algunos territorios de Asia, como en Pakistán y Afganistán, las mujeres se enfrentan al auge del fundamentalismo religioso, considerado ahora en una tercera ola. «El movimiento feminista de Pakistán reclama el fin de la violencia física y sexual que sufren las mujeres. Los grupos religiosos nos atacan con la acusación de blasfemia. En nuestro país, blasfemia significa estar en contra de la religión. Cuando luchamos por la libertad, nos dicen que estamos blasfemando contra sus creencias. Esto no es más que la religión utilizada como herramienta para silenciar las voces humanas», cuenta Bushra Khaliq, integrante del Comité Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres.
Algunos países africanos vivieron este año procesos electorales y las feministas expresaron su solidaridad y fuerza a todas las mujeres que se presentaron a las elecciones para ganar un espacio en el poder político de sus países. En Costa de Marfil, donde se celebraron elecciones presidenciales a principios de marzo, el número de candidatas a cargos legislativos aumentó del 10% al 15%, y Solange Koné, del Comité Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres, afirmó la importancia de la formación política para que cada vez más mujeres puedan estar en estos espacios y transformar la política.
En todas partes de África las mujeres utilizan las herramientas de comunicación y los medios para expresar sus luchas y decir que sus derechos deben ser garantizados y respetados. «También hay que luchar para que el 8 de marzo no siga siendo un día genérico. Tenemos que afirmar siempre el significado político de esta fecha«, explica Solange.
Las mujeres de Oriente Medio y África del Norte resisten a la guerra, violencia, segregación, sanciones y bloqueos económicos imperialistas y colonialistas. Ruba Odeh, militante feminista en Palestina e integrante del Comité Internacional del MMM, denuncia que las mujeres padecen «un acceso desigual a los cuidados sanitarios, sobre todo teniendo en cuenta las condiciones de la pandemia. Los países pobres no están teniendo acceso a la vacuna. Los más pobres del mundo deberían tener derecho a vacunarse contra el coronavirus, al igual que los ricos».
Las mujeres de la región presencian la ofensiva de los proyectos sionistas e imperialistas contra el pueblo palestino, la violencia sectaria que se ha intensificado contra el pueblo iraquí, las amenazas a las conquistas populares en Túnez y las flagrantes violaciones de los derechos y las libertades en Marruecos. Las mujeres kurdas luchan contra la tortura y el encarcelamiento político llevados a cabo por el régimen reaccionario de Turquía. En Líbano, las mujeres siguen enfrentando las consecuencias de la gran explosión que afectó a la capital, Beirut, y del colapso económico. Y en Sudán, son testigos de la deforestación y la pérdida de viviendas y tierras.
“Movilizamos nuestro feminismo contra los ataques del imperialismo y el militarismo y el intento de socavar la soberanía de los pueblos y criminalizar a los militantes» – Ruba Odeh
En varios países, las mujeres unieron sus voces en el Día Internacional de Lucha de las Mujeres. Salieron a las calles en Marruecos, Kurdistán, Líbano y Túnez, expresaron sus consignas y hicieron un llamado a la solidaridad feminista.
Para Vânia Martins, de Portugal, integrante del Comité Internacional del MMM, la pandemia significó en Europa el aumento de la pobreza y la violencia sexista. Por ello, en el 8 de marzo y permanentemente, el movimiento feminista se centra en la lucha por la igualdad salarial, por la valoración del trabajo doméstico y de cuidados y contra el sistema capitalista y racista que explota y criminaliza a las mujeres negras y migrantes.
Durante la pandemia, las mujeres sienten el incremento del trabajo precario y desprotegido. La sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidados y el trabajo a distancia han obligado a muchas mujeres a reorganizar su vida para conciliar sus responsabilidades y obligaciones mientras se sienten agotadas. Vânia también señaló que el supuesto avance de los derechos de la mujer en Europa con relación a otras regiones no es más que un avance superficial. «Como el avance que tenemos se basa en el capitalismo, cuando la gente no puede comprar, la pobreza aumenta.
En las Américas, el 8 de marzo significó un momento de fuerza renovada, poniendo la sostenibilidad de la vida como eje de la transformación. Además de la pandemia, los países de la región enfrentan las catástrofes ambientales causadas por el avance de la destrucción del planeta y el cambio climático provocado por el modelo actual. «Vemos enfrentamientos en los territorios que habitamos, que han sido sistemáticamente devastados por el sistema neoliberal que destruye nuestros ecosistemas y convierte todo lo que está a su paso en beneficio para el sistema financiero transnacional. Convierte incluso a nuestros cuerpos en mercancía», señaló Mafalda Galdames, del Comité Internacional de la MMM.
Mafalda recuerda a grandes mujeres latinoamericanas que inspiran las luchas hasta el día de hoy: «Bartolina Sisa en Bolivia, las hermanas Mirabal en República Dominicana, Gabriela Mistral en Chile, Haydée Santa María en Cuba, por nombrar a algunas hermanas que dejaron huellas y de las que heredamos el espíritu guerrero contra la esclavitud, el fervor político contra las dictaduras y el mensaje poético de las voces de América». Con ello, recuerda que para avanzar es necesario mantener viva la memoria y los aprendizajes del feminismo a lo largo de la historia y en todo el mundo.
“Todas nuestras hermanas tienen algo importante para aportar a la lucha feminista» – Mafalda Galdames
Las mujeres luchan por la igualdad, la libertad y la autodeterminación, enfrentan la violencia, el odio, el racismo, la misoginia y la intolerancia. Para construir un feminismo popular, anticapitalista y antirracista, la solidaridad y la resistencia son, en conjunto, el método radical de acción, supervivencia y transformación que nos une a todas y nos hace seguir luchando el 8 de marzo y siempre.