Mekatilili wa Menza: la lucha anticolonial en Kenia

22/07/2021 |

Por Capire

Durante la ocupación británica en el país, Mekatilili lideró una rebelión contra la violencia colonialista

Statue of Mekatilili wa Menza, (Credit: hapakenya.com)

Mekatilili wa Menza nació en la aldea de Mutara wa Tsatsu Ganze, en la región de Kilifi, en la década de 1840. Su participación en la lucha política se intensificó entre 1912 y 1915, cuando fue una de las personas que lideraron al pueblo Giriama contra las fuerzas coloniales británicas en Kenia. La Compañía Imperial Británica de África Oriental (Imperial British East African Company – IBEA), la autoridad colonial en ese territorio, había intensificado su presión económica contra la población de Giriama, cobrando impuestos sobre la vivienda y endureciendo los controles sobre el comercio de vino de palma y marfil, dos productos que constituían la base de la economía de la región. La guardia también comenzó a reclutar a los hombres jóvenes para que trabajaran forzosamente lejos de sus tierras.

Anteriormente, alrededor de 1870, el hermano de Mekatilili fue secuestrado, y hay indicios de que fue llevado a la ruta de tráfico de personas esclavizadas que se había establecido en la región. En 1885, tras el Tratado de Berlín, que reforzó el dominio económico del Reino Unido, se creó el Protectorado Británico en África Oriental para controlar el territorio que hoy corresponde a gran parte de Kenia. En 1896 se creó el Protectorado Británico de África Oriental, que dio nombre a la organización colonial del territorio, y su hito fue la instalación del ferrocarril que uniría el puerto de Mombasa con la región del lago Victoria. Así comenzó un largo proceso de saqueo de la naturaleza y explotación y sometimiento de los pueblos. Los habitantes de Giriama ya estaban atentos a la llegada de extranjeros que causarían daño a su tierra y a sus modos de vida, e incluso se referían a la profecía de Mepoho, una historia tradicional que se remonta al siglo XIII, que predecía la llegada de los hombres blancos.

La resistencia de Giriama al control británico siempre ha existido, pero se intensificó en 1913. En los primeros años de dominio del imperio, a finales del siglo XIX, hubo poco contacto entre el pueblo y los colonizadores. Sin embargo, en mayo de ese año, el administrador británico Arthur Champion designó a personas y grupos consultivos para presidir 28 territorios recién demarcados (entre ellos la aldea de Giriama) y convertirlos en comunidades destinadas a los intereses coloniales. En Giriama, había Consejos de Ancianos que debatían los asuntos políticos de la comunidad, sin carácter de mando sobre la población, en un modelo muy diferente al europeo. La imposición colonial de los jefes británicos supuso entonces un violento cambio en el modo de vida y la organización de los Giriama.

Los combatientes anticolonialistas se articulaban y celebraban reuniones en Kaya Fungo, un centro donde se celebraban rituales y eventos sociales. Mekatilili, que entonces tenía unos 70 años, tuvo una intensa participación y una posición de liderazgo en el movimiento de resistencia, dando discursos locales y en visitas a los pueblos de la región entre julio y agosto de 1913. En uno de sus discursos, invitó a todos y todas a prestar juramento de resistencia durante el Kifudu, una danza fúnebre sagrada. La danza se interpreta como una forma de unir las comunidades para ayudar a transportar los espíritus al reino ancestral y expresar solidaridad en tiempos difíciles. Las movilizaciones para mantener los modos de vida y recuperar la soberanía popular unieron la cultura tradicional y la resistencia anticolonial, y desempeñaron un papel fundamental en la lucha que consistió en no cooperar con el hombre blanco de ninguna manera, incluso dejando de pagar el impuesto sobre la vivienda.

El 13 de agosto de 1913, el pueblo Giriama llevó a cabo uno de sus actos de rebelión más conocidos. En una audiencia con Arthur Champion, el colonizador que intentaba aplacar la resistencia local y reclutar jóvenes para la Primera Guerra Mundial, los líderes entraron en el espacio con una gallina y sus pollitos. Desafiaron a Champion a coger uno de los pollitos de la guardia de su madre, y entonces la gallina le picoteó la mano. A continuación, afirmaron que le pasaría lo mismo si intentara llevarse a los hijos de su pueblo a la guerra. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, la mayor parte del continente africano estaba en proceso de colonización por parte de los países europeos protagonistas de la guerra, y era la fuente de materias primas y de explotación de la mano de obra que alimentaba a las potencias imperialistas. En respuesta a la acción rebelde del pueblo Giriama, los miembros de la delegación del IBEA abrieron fuego, matando indiscriminadamente y destruyendo las casas de la comunidad. Mekatilili y y otro líder Giriama, Wanje wa Mwadorikola, participante activo en las acciones de resistencia, fueron enviados a Kisii, cerca del lago Victoria, donde fueron arrestados.

Ese mismo año, durante una gira de inspección por las zonas de Giriama, Champion documentó la resistencia popular en su informe de octubre, en el que reconoció que «toda la gente de Giriama obedece mucho más el juramento antibritánico [kiraho] que el gobierno»¹.  Mientras estaba en la cárcel, Mekatilili expresó a la administración británica el rechazo de su pueblo a la táctica colonial de gobierno indirecto a través de jefaturas designadas y la preocupación por los cambios culturales impuestos a la sociedad.

Después de seis meses de encarcelamiento, el 14 de enero de 1914, Mekatilili y Wanje dejaron la cárcel y caminaron más de 700 kilómetros hasta Kilifi, en la costa de Kenia. La huida de Mekatilili y Wanje ocasionó represalias por parte de los colonialistas, que fusilaron a decenas de hombres, mujeres y niños, capturaron animales, quemaron reservas de alimentos, casas y bombardearon el sagrado Kaya. Los atentados contra la vida y los símbolos de la población incitaron una intensa rebelión, que obligó a las autoridades coloniales británicas a reducir su control en el territorio.

Mekatilili fue arrestada una vez más el 16 de agosto de 1914 y trasladada en esa ocasión a Kismayu, en Somalia. En 1919, Mekatilili fue liberada de la cárcel y pudo regresar a Kaya, donde desempeñó un puesto de liderazgo en el consejo de mujeres. Mekatilili wa Menza murió en 1924. Está enterrada en el bosque de Dakatcha y todos los años se le rinde homenaje con un festival que lleva su nombre. La historia de las mujeres luchadoras en el mundo ha sido retomada en el último periodo por organizaciones populares y feministas, y estudiada desde nuevas perspectivas por historiadoras e historiadores, muchas veces con el desafío de la ausencia de registros y amplia documentación, además del reto de no individualizar o mistificar procesos que son colectivos.

Las vidas dedicadas a la lucha nunca van solas: donde hay una mujer encabezando procesos de transformación, siempre hay más mujeres y un pueblo entero en lucha, aunque sus nombres sean, por el momento, anónimos. Los actos de resistencia de Mekatilili y de tantas otras mujeres en defensa de la autodeterminación de su pueblo inspiran a muchas activistas africanas a seguir luchando por la libertad en la actualidad. Según Lydia Dola, cantante y militante de la Marcha Mundial de las Mujeres, Mekatilili abrió paso a la lucha feminista. «En aquella época, las mujeres no estaban en la primera línea de la lucha por la justicia. Fue una de las mujeres que tuvo la valentía de resistir y luchar por su pueblo. Tiene una gran importancia porque el pueblo se rebeló debido a su liderazgo en una época en la que no se escuchaba la voz de las mujeres». La cantante ha producido colectivamente la canción Wamama Ma Fighter (Mujeres Luchadoras, mezcla de suajili e inglés), una celebración a Mekatilili wa Menza y a todas las mujeres que luchan por justicia.


¹ La cita del informe de Arthur Champion aparece en el libro The Giriama and Colonial Resistance in Kenya, 1800·1920, de Cinthia Brantley. Univesity of California Press, 1981, p. 89.

Redacción por Bianca Pessoa
Edición por Helena Zelic
Traducido del portugués por Luiza Mançano

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