Desde el 5 de abril, compañeras y compañeres de todo el mundo se reunieron quincenalmente durante dos días consecutivos para un intenso proceso de formación feminista. En Capire hemos recogido cada encuentro de la Escuela Internacional de Organización Feminista Berta Cáceres.
El cierre de la Escuela Feminista los días 5 y 6 de julio fue muy potente y emocionante. La mística nos transportó hacia las calles, nos conectó con nuestra capacidad de movilización en cada parte del mundo, articulada internacionalmente. Recuperamos las palabras de Bertita porque ya no somos las mismas desde que las escuchamos por primera vez, en el lanzamiento de la Escuela. La educación popular, el lenguaje y la espiritualidad, la organización de la juventud, la radio y la comunicación popular forman parte del legado de Berta Cáceres y constituyen nuestra resistencia común.
La síntesis de los debates anteriores sobre la construcción de movimiento orientó nuestra reflexión en esos dos días. La perspectiva política de la autoorganización del feminismo popular, nuestras estrategias y tareas cotidianas fueron presentadas en el video de síntesis (a continuación):
En un panel, profundizamos nuestra visión sobre la construcción de los sujetos políticos. Carmen Díaz, de México, compartió los elementos del sujeto político feminista, plural y popular, articulando la conciencia crítica, la interpretación de la realidad que se articula con el deseo de cambio, la acción colectiva para la transformación, orientada por nuestro proyecto emancipatorio para la sociedad.
Desde la identidad política de un sujeto plural que se desarrolla poniendo la vida en el centro, Llanisca Lugo, desde Cuba, compartió los retos y aprendizajes que acumulamos en los procesos de alianzas regionales e internacionales, en la construcción de la solidaridad y el internacionalismo popular. Entre ellos, la importancia de superar el sectarismo y la jerarquización de las luchas, a partir de procesos de escucha y convergencia, de construcción de confianza en luchas comunes que integren a los pueblos.
Tica Moreno, de Brasil, reflexionó sobre la comunicación como un proceso colectivo fundamental para la construcción de movimiento, la contrahegemonía y la soberanía tecnológica. Como parte de la visión política del movimiento, hacer comunicación feminista y popular requiere enfrentar la naturalización de la datificación, democratizar la palabra y registrar nuestra memoria en movimiento, apostando por las tecnologías libres.
En la plenaria, aprendimos sobre la construcción feminista en Turquía, que enfrenta un contexto de ataques misóginos y autoritarios. En Haití, las mujeres campesinas siguen organizándose y luchando contra el feminicidio. En la República Democrática del Congo, el feminismo se organiza para ampliar la participación política de las mujeres con paridad. En Estados Unidos, la alianza y solidaridad de las luchas antirracistas y feministas con el movimiento popular da lugar a avances históricos, como el liderazgo de una persona transgénero no binaria en un movimiento obrero. En ese mismo país, la organización campesina implica enfrentar la injusticia lingüística y ampliar la autonomía de los sujetos en el proceso de construcción política.
También escuchamos sobre las apuestas y procesos organizativos del feminismo popular en Chile, Quebec y Guatemala. La diversidad de experiencias, contextos políticos y estrategias organizativas dan el tono de los desafíos, pero también la riqueza del camino que hemos construido como feminismo popular, en cada uno de nuestros sitios y en nuestra apuesta por la organización internacional. Situar la economía feminista como uno de los ejes del proyecto emancipatorio que construimos nos permite hilvanar esta diversidad, construyendo la fuerza necesaria para enfrentar el sistema capitalista, colonialista, racista y heteropatriarcal, como resumió Nalu Faria, del Comité Internacional de la MMM.
Las cuatro organizaciones que articulan la Escuela – la Red Ambiental Indígena [IndigenousEnvironmental Network – IEN)], Marcha Mundial de las Mujeres, Grassroots Global Justice Alliance y Grassroots International– compartieron las lecciones aprendidas en la Escuela y los compromisos políticos que de allí se desprenden.
Sandra Morán, coordinadora de la Escuela Feminista, fue la encargada del cierre de esta primera edición, invitando a todas y todes que participaron a seguir fortaleciendo y ampliando nuestros movimientos. Son muchos los planes en cada uno de nuestros territorios, y también para el seguimiento de la Escuela. Una Escuela de Facilitadoras, una Escuela Internacional de Organización Feminista presencial, Escuelas en los países y regiones, así como esfuerzos colectivos para la traducción de materiales, retroalimentación y construcción permanente del internacionalismo feminista y popular.
Nuestra formación apunta a una mayor organización y movilización. Nos formamos en movimiento para cambiar el mundo.