Consentimiento libre, previo e informado: un instrumento de autodeterminación indígena

18/06/2021 |

Por Capire

Las feministas indígenas y la lucha por el derecho a existir y tener poder sobre su tierra y sus recursos.

Rede Ambiental Indígena, 2021

El consentimiento libre, previo e informado (CLPI) es el derecho de una nación, grupo o comunidad indígena a determinar su propio desarrollo y el derecho a ejercer la autodeterminación ante decisiones gubernamentales o empresariales que afecten a sus territorios. Es libre en el sentido de no estar sometido a la fuerza o coerción, informado al incluir todas las informaciones y contextualizaciones y previo por ocurrir antes de la realización de cualquier proyecto, de manera consentida respetando la autorización – o no – otorgada por las comunidades. Este texto fue elaborado con información del webinario Feminismos Indígenas: Consentimiento Libre, Previo e Informado [Indigenous Feminisms: Free, Prior and Informed Consent], realizado por la Red Ambiental Indígena [Indigenous Environmental Network – IEN].

Si bien ese derecho ha sido reconocido en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI), los grupos y movimientos indígenas de todo el mundo aún deben luchar para garantizarlo. El debate con respecto al CLPI es importante para las mujeres indígenas porque ofrece perspectivas no solo sobre la protección de la tierra, sino también sobre la protección de los cuerpos. Para que los gobiernos garanticen la protección de las comunidades indígenas, ese derecho fue defendido en el proyecto de ley conocido como THRIVE Act¹, presentado por la Red Ambiental Indígena con el propósito de reconocer el deber del gobierno federal de los Estados Unidos de adoptar una agenda económica justa y ecuánime.

¿Cómo se conectan el CLPI y el feminismo?

Para Ashley Nicole Engle de IEN, “feminismo indígena significa nuestra capacidad, como mujeres indígenas, de reivindicar verdaderamente nuestra identidad y nuestros roles tradicionales en la sociedad”. El término “feminismo”, sin embargo, solo pasó a ser utilizado por mujeres indígenas hace unos años.

“En los últimos 20 años, un movimiento de mujeres indígenas ha reivindicado el derecho a adoptar el término ‘feminismo’, y esto se ha expresado de diferentes formas, como el feminismo comunitario y el feminismo indígena. Creo que hay todo un esfuerzo de las mujeres indígenas para construir ese concepto de feminismo, de luchar y trabajar para construir relaciones de género igualitarias en la comunidad”, explica Myrna Kay Cunningham, líder feminista de la comunidad indígena Miskito en Waspán, Nicaragua.

La colonización patriarcal ha dominado el continente americano, amenazando y atacando a las comunidades indígenas. Esto aún afecta a la vida de las mujeres. El feminismo indígena surge, así, como una perspectiva de autodeterminación de las mujeres sobre cómo deben ser sus vidas. Al defender el bienestar de la comunidad, los feminismos indígenas luchan por el consentimiento libre, previo e informado, conscientes de los impactos que tiene la economía, basada principalmente en el petróleo y el gas, en sus vidas. “Al sistematizar el CLPI pudimos ayudar a garantizar la normalización de una cultura de consentimiento con los pueblos indígenas de nuestra nación, y esto significará el fin de los oleoductos ilegales y la reducción de casos de desaparición y asesinato de mujeres, niños y familiares indígenas”, dice Ashley.

¿Cómo se aplicó esto en el continente americano?

Actualmente, el concepto de “consulta significativa a las naciones indígenas” es utilizado por la administración Biden en los Estados Unidos. Este tipo de práctica gubernamental deja en manos de las agencias federales la decisión de cómo se consultará a las personas sobre los temas que les afectan directamente. Muy a menudo, la consulta se realiza para reemplazar el consentimiento, aunque no son prácticas equivalentes.

“El gobierno Biden es más receptivo a escuchar nuestras voces y establecer alianzas con nosotras para desarrollar esas políticas. Por otra parte, estamos lidiando con una agenda neoliberal, por lo que nuestra incidencia política se vuelve más importante que nunca. El gobierno editó el acto administrativo sobre una consulta significativa, pero necesitamos presionar más. Necesitamos asegurarnos de que el CLPI sea sistematizado en forma de ley federal, de modo que nuestros derechos inherentes como pueblos indígenas sean protegidos”, explicó Ashley.

En Latinoamérica, muy pocos países tienen leyes que aborden específicamente el consentimiento libre, previo e informado. En Nicaragua, desde 1987, la Constitución establece que todo tipo de trabajo y explotación de recursos naturales debe ser aprobado por la población de aquel territorio en particular. Este proceso se inicia a nivel de la comunidad, pasa al territorio que unifica a varias comunidades, y sigue al gobierno regional, donde se toma la decisión.

Ese tipo de práctica no es común en la mayoría de los países de la región. Los países que han ratificado la ConvenciónN 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales pueden legalmente reducir ese derecho y solo aceptar realizar consultas, no implementar el CLPI, como una forma de firmar acuerdos con las comunidades indígenas.

Realizar una consulta no significa que las comunidades indígenas tienen poder de autodeterminación sobre sus propios territorios, su política y su economía. Se trata solo de una estrategia utilizada para dar un tono democrático a los grandes proyectos corporativos. En estos casos, las empresas transnacionales trabajan junto al Estado para llevar adelante proyectos que refuerzan la explotación, además de promover la manipulación, la desinformación, las divisiones territoriales y la cooptación de líderes, entre otros mecanismos.

Consentimiento libre, previo e informado: protección de la tierra y de los cuerpos

El CLPI es una respuesta popular a las prácticas de explotación y proyectos extractivistas que invaden, capturan y contaminan territorios. Es una demanda de participación popular en estos procesos de toma de decisiones que impactan la tierra, las comunidades y las generaciones futuras. Las poderosas instituciones coloniales deberán ceder el poder que han robado a las naciones y a las comunidades indígenas.

El CLPI también significa libertad y soberanía sobre los cuerpos. “Cuando hablamos de ‘proteger el cuerpo y proteger la tierra’, queremos decir que este cuerpo no sobrevive si no es parte de la relación que tenemos entre las personas, la naturaleza y el mundo espiritual. Pensamos en los diferentes aspectos de esa persona. No se trata solo, por ejemplo, de los derechos reproductivos… Estamos hablando del derecho a hablar su idioma, a practicar su espiritualidad, a ser parte de la comunidad. Esta es una lección importante que las mujeres indígenas han enseñado”, dice Myrna.

 Red Ambiental Indígena, 2021.

Hablar de consentimiento libre, previo e informado también significa definir acciones para asegurar que se escuchen las voces de las mujeres. Para Myrna, el trabajo de las feministas indígenas juega un rol importante en el cambio de las prácticas culturales que oprimen a las mujeres. Proteger la tierra significa proteger el cuerpo y “todo el aspecto intangible de la relación que es la base de la cultura de los pueblos indígenas”.

Otro elemento del feminismo indígena se refiere a la ampliación de perspectivas sobre la violencia. La violencia contra la naturaleza es también violencia contra las poblaciones indígenas. Las luchas feministas por el consentimiento libre, previo e informado representan un camino hacia la restauración de la autonomía indígena, enfrentando a los abusos coloniales y garantizando el acceso de las personas a tierra, aire y agua saludables para muchas generaciones futuras.


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Texto por Bianca Pessoa
Edición por Tica Moreno y Helena Zelic
Traducción del portugués por Aline Lopes Murillo
Idioma original: inglés

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