Feminismo en Galiza: combatir la justicia patriarcal en la periferia del centro capitalista

24/09/2021 |

Por Marcha Mundial de las Mujeres en Galiza

Poner en la agenda feminista el enfrentamiento a la violencia machista y judicial es clave para hacer avanzar leyes que no salen del papel.

MMM/WMW/MMF, 2021

 La violencia machista acaba de ser tipificada como “eurodelito” e igualada al terrorismo en el Parlamento Europeo. El Parlamento Europeo es una ficción democrática dentro de una Unión Europea (UE) al servicio del capitalismo. Por supuesto, la concreción práctica de esto será similar a la actual situación legislativa en el Estado Español, que viene legislando sobre la violencia de género desde el 2004. Se trata de un avance formal sin voluntad, recursos y decisiones políticas audaces y que, por eso, no se traslada a un avance real.

En Galiza, la legislación sobre violencia de género es más avanzada en términos de tipificación. La Ley de Igualdad aprobada en el 2007 admite como violencia de género no sólo aquella en el ámbito de la pareja (como hace la ley estatal) y permite identificar y denunciar un abanico más amplio de violencias. Sin embargo, su aplicación práctica también está sujeta a las voluntades políticas hoy inexistentes bajo un gobierno de derecha que recorta recursos y su personal.

Nuestro país es dependiente a nivel judicial del Estado Español. Por lo tanto, nuestra lucha no es a penas nacional pues no tenemos soberanía para legislar sobre nuestra justicia. Eso también nos obliga a incorporar este vector en la lucha, denunciar las lógicas coloniales y defender la plena soberanía de nuestro país para decidir sobre todos nuestros asuntos. Que tengamos leyes más avanzadas en materia de violencia de género y no podamos trasladarlas al sistema judicial, que es español, es uno de los mayores problemas con los que nos encontramos.

Experiencia feminista de enfrentamiento a la violencia 

Desde la Coordinadora Nacional Galega de la Marcha Mundial de las Mujeres, hemos realizado un trabajo de análisis y denuncia de la situación de las mujeres una década después de que se pusieran en marcha las leyes de protección y prevención de la violencia de género. Enfocamos este trabajo en la actuación de la justicia, la institución que en mayor medida reproduce violencias y se resiste a llevar a la práctica los avances legislativos, haciendo uso de todo tipo de subterfugios y excusas.

MMM/WMW/MMF, 2021

Hemos organizado encuentros abiertos y debates para socializar lo que está pasando en los juzgados con las denuncias de violencia machista y los procesos judiciales de separación. En estos, si bien no hay denuncia de violencia de género, esta comienza cuando se inicia el procedimiento legal de separación.

El primer reto al que nos enfrentamos fue conocer en detalle el intrincado mundo judicial, estructurado de forma jerárquica y patriarcal. Su judicatura es heredera del franquismo y se resiste a formarse y a asumir los avances formales que el movimiento feminista consigue arrancar a la clase política. De otra parte, una de las claves para nuestra organización en ese tema ha sido contar con mujeres que viven esos procesos en primera persona, bien como con las compañeras que las acompañan en el duro proceso burocrático impuesto por el sistema judicial. Este sistema vuelve a convertirlas en víctimas de violencia una vez más, con violencias institucionales, sociales y judiciales.

El objetivo de esta campaña, que se acerca a los dos años de existencia, está planteado en tres líneas de trabajo que nos parecen imprescindibles para abordar nuestra interpelación a las instituciones. Primero, hay que, por un lado, pensar en lo inmediato: ¿qué podemos cambiar para avanzar a corto plazo? Después, pensar en la dimensión nacional: ¿cómo, a quién y de qué manera podemos abordar la lucha para que el debate llegue a las masas y los medios y avancemos? Y, en tercer lugar, ¿cuál es nuestro objetivo final, el cambio estructural que necesitamos para realmente poder vivir una vida libre de violencia?.

De esta forma, trabajamos en las asambleas, encuentros, movilizaciones y reuniones de trabajo conscientes de que existen diferentes niveles de trabajo. Concienciamos a nuestra sociedad sobre la importancia de las grandes transformaciones sociales, de la educación y de los nuevos paradigmas, y vamos avanzando con pequeñas victorias que nos permiten organizar a más y más mujeres a cada vez.

Somos conscientes de que vivimos en una parte del mundo donde formalmente disponemos de leyes muy avanzadas en relación a otras mujeres. Pero también sabemos que, en este centro capitalista que es Europa, las leyes que se escriben no siempre se aplican. Nuestra lucha es hoy incansable para que todos esos avances que conseguimos con movilizaciones durante las últimas décadas puedan por fin hacerse realidad. Que ninguna mujer más sea violentada cuando hace su denuncia o ayuda otra a denunciar una situación de violencia. Que ningún maltratador más pueda compartir la crianza con aquellas a las que agrede. Que ningún juez más nos culpe por ser violentadas y agredidas.

Edición y revisión por Helena Zelic

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