El Movimiento del 4 de Mayo y la emancipación de las mujeres en China

04/05/2023 |

Capire

Antiimperialista y antifeudal, el movimiento es entendido como un despertar del pueblo chino

El 4 de mayo de 1919 miles de jóvenes intelectuales se manifestaron en Pekín dos días después de que se conociera la noticia de que los territorios chinos de Shandong, entonces bajo control alemán, pasarían a control japonés. Como resultado de las negociaciones del Tratado de Versalles al final de la Primera Guerra Mundial, el cambio formaba parte de un proceso de subordinación de China a otros países. Debido a la intensidad de la movilización, que se conoció como Movimiento del 4 de Mayo, la presión popular resultó victoriosa: China no firmó el Tratado.

Con un fuerte componente antiimperialista y antifeudal, el movimiento se forjó en el marco del llamado movimiento por la Nueva Cultura. Jóvenes intelectuales difundían sus ideas en defensa de la democracia y la ciencia a través de la revista Nueva Juventud, publicada por primera vez en 1915. En ella exponían sus críticas a las tradiciones confucianas y abogaban por una modernización de China, lo que incluía el uso del chino vernáculo en los nuevas experimentaciones literarias publicadas en la revista.

La “cuestión de la mujer”, o el “problema de la mujer”, según la expresión china, fue uno de los temas que se debatieron en esa época, tanto en los textos feministas traducidos y publicados en la revista como en los textos de intelectuales del movimiento. Uno de los principios del orden social confuciano era la jerarquía del marido sobre la mujer, una jerarquía de género. Los autores de los textos que organizaron esta crítica identificando la opresión de la mujer y el patriarcado en la base del confucianismo eran en su mayoría hombres. La comprensión de la mujer como ser humano con personalidad independiente ocupaba un lugar central en estos debates y legitimaba el reconocimiento de la mujer como sujeto de la esfera pública.

La emancipación de la mujer se presentaba así como una condición para una China moderna, junto con el nacionalismo y los nuevos valores democráticos impulsados por el movimiento.

El periodo previo al Movimiento del 4 de mayo estuvo marcado por importantes cambios en China y en la vida de las mujeres chinas. Un ejemplo es la prohibición de la práctica de atar los pies a las mujeres, una decisión que funcionó mejor en algunos lugares y grupos sociales que en otros. Pero muchas de las violencias extremas de las relaciones patriarcales, fundamentales del orden semifeudal, persistieron y sólo se superarían tras la revolución en 1949.

Tras décadas conocidas como la época “de la humillación”, iniciada con la guerra del Opio (1840) y la ocupación de territorios e instituciones chinas por potencias extranjeras (como Inglaterra, Francia y Alemania), el Movimiento del 4 de Mayo es entendido como un despertar del pueblo chino.

A las movilizaciones encabezadas por los jóvenes intelectuales siguieron levantamientos populares en diferentes partes de China, como en Shanghái y en más de cien ciudades de 20 provincias. Las huelgas formaron parte de esos levantamientos y así entró en la escena política también como protagonista la emergente clase obrera. A partir de los sucesos del 4 de mayo, las mujeres también empezaron a tener una mayor participación en la escena política.

Las posibilidades que se abrieron tras la Revolución Rusa dos años antes influenciaron ese contexto, con la creciente afirmación del marxismo y el socialismo. No se trataba sólo de una traducción de ideas, sino de un intenso proceso de organización y elaboración política, cuyo hito fue la fundación del Partido Comunista de China en 1921.

La importancia del Movimiento del 4 de Mayo para el feminismo en China es objeto de disputas interpretativas. Aunque el movimiento reconoció la opresión de la mujer, planteó nuevos términos y nuevas subjetividades relacionadas con la categoría de la “nueva mujer”, ésta quedó en cierto modo restringida a un grupo social de mujeres intelectuales y urbanas. Aun así, la afirmación de la igualdad entre hombres y mujeres pasó a formar parte de la agenda.

Las condiciones para que esta noción de igualdad llegara a todas las mujeres chinas se dieron con la fundación de la República Popular China, resultado de una larga lucha que se apoyó en la fuerza de las mujeres trabajadoras y campesinas.

Redacción por Tica Moreno
Revisión por Helena Zelic
Traducido del portugués por Luiza Mançano

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