Berta Cáceres: «tenemos el desafío de seguir concretizando esa rebeldía»

02/03/2021 |

Por Berta Cáceres

Lea y escuche la contribución de la eterna compañera Berta Cáceres sobre los desafíos de la organización popular en Honduras.

Foto/Photo: Goldman Environmental Prize

Hemos hecho resistencia como pueblos indígenas, como comunidades, no importan las fronteras que nos hayan trazado

El siguiente texto es una transcripción inédita del discurso de Berta Cáceres en el VII Taller Internacional sobre Paradigmas Emancipatorios, ocurrido en La Habana, Cuba, en el 2007.¹ A pesar de los 14 años que nos separan de su discurso, los desafíos apuntados por ella para la organización feminista, popular, indígena, negra y campesina son completamente actuales. Lo publicamos en texto y en audio, para rescatar la voz y las enseñanzas de la compañera Berta Cáceres en el día que marca los cinco años de su brutal asesinato político. Berta no murió, ¡se multiplicó!

Mi nombre es Berta Cáceres Flores. Yo soy del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), soy de la zona sur occidental de Honduras, territorio lenca. Un saludo fraterno desde ese pueblo que lleva el espíritu de Iselaca y Lempira. Estamos muy agradecidos por habernos invitado a compartir un poco con ustedes.

Nuestra organización aglutina a cuatrocientas comunidades, en su mayoría lencas, organizaciones también de mujeres, de jóvenes y comunidades campesinas. Son comunidades que se han venido enfrentando a una dura realidad ya de más de quinientos años, viviendo la marginación, el desalojo, el saqueo, la imposición de los ajustes estructurales, de la privatización, por la enorme presencia e intervención de las transnacionales que impulsan la privatización del agua, de la tierra, del bosque. Ante ello, las comunidades han tenido que luchar.

Ahora y muy fuertemente, la lucha es contra la explotación minera. Han llegado transnacionales europeas, canadienses y de Estados Unidos, amenazando terminar con la vida, los territorios, el agua, la salud. También nos estamos enfrentando a la amenaza de construcción de grandes represas hidroeléctricas impulsadas por las transnacionales y organismos financieros como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial, la Unión Europea, el USAid y otros. Honduras se ha planificado dentro de lo que es el Plan Puebla-Panamá (PPP) – que, como nos dijo una compañera, ya no es «Panamá» sino que «Putumayo». En Honduras está prevista la construcción de más de cincuenta represas hidroeléctricas. Solo en mi departamento, que es muy pequeño, se pretende privatizar todos los ríos que hay para construir represas y, a la par, poner las mineras para explotar oro, plata, ópalos y otros metales y minerales.

También nos estamos enfrentando a la presión del gobierno de Estados Unidos por impulsar los monocultivos para lo que ellos llaman biocombustible, el etanol. El maíz ha aumentado en más de un 100%, pero ahora ya no vamos a tener ni el maíz pues el va a ser para que coman los vehículos. Además de eso, la industria turística agrede constantemente las regiones y los territorios indígenas y negros en Honduras. Todo eso pasa en el marco del PPP: los tratados de libre comercio (TLC) firmados en Centroamérica (con excepción de Costa Rica, que esperamos que con el referéndum no pase²), el TLC firmado con Estados Unidos, y ahora viene otro con la Unión Europea. 

Hemos luchado y hemos definido nuestras propias formas de lucha, legalizadas por nosotros y nosotras mismas.

Otra forma de dominio es el patriarcado, con un triple peso para las mujeres: por ser mujeres, por ser indígenas, por ser pobres. Ante este panorama, nuestra organización en nuestra comunidad no se ha quedado de brazos cruzados. Hemos luchado y hemos definido nuestras propias formas de lucha, legalizadas por nosotros y nosotras mismas. Las manifestamos de diversas maneras, sabiendo que la articulación es un imperativo más que urgente para todos nosotros.

Con ello, también quiero decir que eso no es fácil, porque también requiere audacia de nuestras organizaciones y nuestro movimiento. Todavía estamos marcados por conceptos de una ideología «x» muy particular, que está sin entender los múltiples colores, formas, diversidad que tienen nuestras comunidades, nuestras expresiones, nuestra lucha, nuestra resistencia. No queremos que la articulación sea algo solamente declarativo, algo nada más que teórico, lírico. Nosotros queremos que esa articulación se concretice respetando nuestras autonomías, nuestras formas de lucha, nuestros métodos, los que cada organización y movimiento defina, entendiendo que hay cosas más fuertes que nos unen.

Como una organización de base, vemos un desafío: las estrategias de los organismos financieros internacionales nos están creando un paralelismo, lo de llevar a la discusiones temáticas las organizaciones, sean indígena o no indígenas. Esto hace débil nuestros movimientos, porque ellos tienen un gran poder de cooptación. Lo podemos ver incluso en organizaciones que llegan a las cumbres indígenas, financiadas por el Banco Mundial y por el BID. Son organizaciones que están negociando, a nombre de las comunidades, nuestras riquezas y recursos. Ellos tienen una estrategia para debilitar esos esfuerzos auténticos de nuestra luchas.

El momento cuando estamos luchando y resistiendo es la mejor oportunidad para articularnos

La articulación verdadera se da en la oportunidad concreta que nos da la lucha y la resistencia. Nosotros no lo entendemos de otra manera. El momento cuando estamos luchando y resistiendo es la mejor oportunidad para articularnos. También debemos decir que una cosa importante para nosotros es la comprensión del desafío estructural, y comprender la vasta lucha que significa estar ante ese desafío estructural que todavía, en nuestras comunidades, organizaciones y movimientos, no terminamos de entender.

También tenemos fortalezas, y una es la acumulación de una resistencia histórica, vieja, antigua que se sigue manifestando de diversas maneras. Nosotros lo hemos hecho históricamente como pueblos indígenas, como comunidades, no importan las fronteras que nos hayan trazado, en la solidaridad histórica que ha habido en el pueblo centroamericano. Eso se expresó en el tiempo de insurrección armada y ahora se expresa en la lucha en defensa del agua, del bosque, de la tierra. No lo vemos como algo que nos divida sino, más bien, como algo que nos une, con líneas de lucha estratégicas de nuestra región.

Podemos decir también sobre algo que nos frena todavía, que es esa realidad en que vivimos, es la carga de las dinámicas propias de nuestras organizaciones, y encima de eso la represión. La mayoría de nuestra gente no sabe leer y escribir o tiene muchas dificultades; hay la pobreza, la necesidad de sobrevivir. Esa es una reflexión interna y, al mismo tiempo, tiene que ver con esa situación externa que padecemos y no la podemos desconocer. También nos frena cuando tenemos que enfrentar las situaciones de compañeros presos, torturados, asesinados, lo que nos impone una dinámica y esfuerzos triples.

Al mismo tiempo, hay la presión que ejercen las transnacionales y los organismos financieros sobre nuestros territorios, con sus proyectos mentirosos e hipócritas, en que mientras ellos hablan de directrices de pueblos indígenas y no sé qué, ellos mismos están financiando préstamos para el saqueo de nuestras riquezas, de nuestra cultura, de nuestro conocimiento.

Otro desafío que tenemos es mantener la vigencia de nuestras posiciones, siendo coherentes con las luchas y demandas de las comunidades, coherentes con la fuerza histórica que ha demostrado nuestro pueblo, con sus capacidades y talentos. Tenemos el desafío de seguir concretizando esa rebeldía.

Nosotros en el COPINH hemos hecho algunas luchas que a veces no se han visto bien, pero al fín y al cabo no nos importa si ellos las miran bien o mal. Son expresiones de lucha, por ejemplo, tomando y expulsando industrias explotadoras. Tenemos más de treinta industrias que explotan el bosque en nuestra zona. Hemos detenido a más de diez represas hidroeléctricas que conducen a la privatización no solo del agua, también de la energía. Le hemos derribado la infraestructura inicial de esos megaproyectos porque, decimos, no vamos a estar solo quejándonos. Es ahora, ahorita, que tenemos esa oportunidad de enfrentarnos. Hemos hecho decomiso popular de madera, decomiso popular de semilla transgénica, y se las hemos ido a tirar a los bajos del Congreso, las hemos metido fuego. Hemos hecho ocupaciones de embajadas, del Congreso Nacional, de la Casa Presidencial. Esas son formas de articulación no solo de nosotros, como COPINH, sino que con otros pueblos indígenas y negros de Honduras, otras organizaciones fraternas.

Nosotros creemos que otro gran desafío es la construcción de una fuerza que impulse esas luchas. Eso nos hace falta todavía, no solo teniendo una práctica, un hacer, sino que también con nosotros y nosotras mismas dando el fundamento teórico que ya tenemos pero que todavía nos falta comprender más. Reencontrándonos. Creando. Pariendo nuevas cosas. Recordando de dónde venimos. Recordando y teniendo presente la lucha de siglos. Poniéndole esa razón de ser a nuestros movimientos, a nuestras resistencias, con toda su identidad, su cosmovisión, su fuerza, su debate, sus análisis y sus propuestas, sus coincidencias y diferencias también, porque tenemos que reconocer que no estamos uniformados.

Necesitamos de manera sólida (o, como decía el compañero Suárez, «como una roca») la formación de nuestros pueblos como sujetos políticos sociales, articulando los que estamos en la calle, en las tomas, para que, además de las prácticas, logremos sistematizar con claridad y mayor vigencia nuestros fundamentos teóricos, políticos y culturales apegados a ese ser que somos y a ese hacer. Y que vaya más allá de las reflexiones, de la teoría, más allá de las declaraciones. Que concretamente desmontemos el capitalismo, el patriarcado, la discriminación, el racismo. Desde un movimiento de base comunitario, hemos dado un salto a la articulación nacional e internacional que no ha sido fácil. Pero nos comprometemos con la disposición de seguir construyendo, recreando, fortaleciendo, pariendo. Gracias, buenas tardes, compañeros.

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Berta Cáceres fue una gran líder feminista y ambientalista, defensora del pueblo Lenca, integrante del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH). Berta fue asesinada el 2 de marzo de 2016 por enfrentar a los poderosos de su país y a la construcción de una hidroeléctrica en territorio Lenca. Los asesinos fueron condenados pero hasta hoy la justicia no llevó a juicio a los autores intelectuales de este crimen político.

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¹ El audio fue concedido por Galfisa – Grupo de Investigación «América Latina: Filosofía Social y Axiología”, de Cuba. Berta tenía un vínculo profundo con el pueblo cubano y esta fue una de las varias participaciones de Berta en las ediciones del taller Paradigmas Emancipatorios.

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² En octubre del 2007, Costa Rica realizó un referéndum acerca de la firma del tratado de libre comercio entre América Central, República Dominicana y Estados Unidos. Los movimientos sociales realizaron una larga campaña contra el TLC, pero la aprobación alcanzó el 51,6% de los votos.

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