La ciudad de Ankara, en Turquía, se llenó de vida durante unos días. La fuerza del feminismo internacional se puso de manifiesto durante el 13º Encuentro Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres, que reunió a más de 150 mujeres de 65 países de todas las regiones del mundo entre el 7 y el 12 de octubre de 2023. Fue el primer encuentro presencial del movimiento después de la pandemia de covid-19. También fue el primero encuentro organizado por el Secretariado Internacional (SI) con sede en Turquía, que desde el 2021 está en el país bajo la coordinación de Yildiz Temürtürkan.
En 2021, el 12º Encuentro Internacional se realizó de forma virtual. Fue fundamental para replantear los retos del movimiento frente a la emergencia sistémica, que puso al descubierto el conflicto entre el capital y la vida, y para renovar las representaciones regionales de la Marcha Mundial de las Mujeres (MMM). Pero no es lo mismo que poder abrazarse, cantar juntas, estar presentes y poder platicar cara a cara. Por eso, para las que ya habían participado en otros espacios internacionales, el 13º Encuentro fue un momento para volver a encontrarse con compañeras que no veían desde hacía tiempo. Y para las que asistieron por primera vez, fue una oportunidad de ver y experimentar la dimensión global del movimiento.
En el video a continuación, las delegadas de Brasil, Pakistán, Palestina, Indonesia, Quebec, Nueva Caledonia, Níger, Euskal Herria y Sáhara Occidental nos hablan de cómo vivieron la reunión y cuáles son los retos y tareas que se plantean para la Marcha Mundial de las Mujeres en este momento.
Fuerza feminista, memoria feminista
El lema del 13º Encuentro Internacional fue «Fuerza feminista para transformar el mundo». Inspirándose en ese lema, las participantes tuvieron días intensos de formación y debate sobre los campos de actuación de la Marcha Mundial de las Mujeres, su agenda política y sus estrategias de organización. A 25 años del inicio de la organización de la Marcha Mundial de las Mujeres, la declaración final del encuentro recordó la consigna de sus primeras movilizaciones: “pan y rosas”.
El inicio del encuentro coincidió con un momento muy duro: poco tiempo después de la muerte de Nalu Faria, militante brasileña, fundadora de la MMM e integrante del Comité Internacional en representación de las Américas. Durante las actividades se rindieron numerosos homenajes a esta valiosa compañera, recordando sus enseñanzas, sus formulaciones, su radicalismo y su capacidad de impulsar articulaciones colectivas.
Todas las presentes se sintieron inspiradas por la certeza de Nalu de que el feminismo se hace realidad si lo organizan las mujeres populares de todo el mundo. Y así reafirmaron su compromiso de construir la Marcha Mundial de las Mujeres como un movimiento potente, activo y revolucionario.
También se celebró una bonita ceremonia para recordar un hito de la MMM: las militantes africanas entregaron la Colcha de Solidaridad al Secretariado Internacional en Turquía. La colcha fue confeccionada por mujeres de 53 países en 2005, durante la 2ª Acción Internacional del movimiento. Recorrió todos los continentes y desde entonces los Secretariados Internacionales la tienen como un objeto histórico que nos permite mirar hacia atrás y hacia delante —hacia atrás, para ver el camino ya recorrido por el movimiento; hacia delante, para inspirarnos en las posibilidades creativas del feminismo internacionalista.
Seguiremos en marcha
En la reunión se definieron las nuevas representantes regionales en el Comité Internacional. Esas compañeras tendrán la tarea fundamental de elaborar junto con el SI, con base en los acumulados y resoluciones del encuentro, cómo será la VI Acción Internacional de la MMM, que tendrá lugar en 2025. Históricamente, los encuentros son espacios de toma de decisión fundamentales para la estructura organizativa de la Marcha Mundial de las Mujeres, en un método democrático que privilegia la escucha y el consenso. Así, los encuentros son espacios de aprendizaje y conexión entre lo global y lo local.
Bajo la consigna “Seguiremos en marcha contra las guerras y el capital, por soberanías populares y el buen vivir”, las nuevas representantes tenderán puentes entre las coordinadoras nacionales de cada región y las organizaciones internacionales del movimiento. Esta consigna estará presente en la militancia de la MMM durante los próximos años. Apunta a las luchas actuales de las mujeres del mundo, que son ejemplo de resistencia y resiliencia, pero no solo eso: también señala los caminos y horizontes de transformación que plantea el feminismo.
Una agenda común
Vivimos en un mundo en crisis. En todas partes, experimentamos esta crisis sistémica en nuestros cuerpos, nuestro trabajo y nuestros territorios. Las prácticas neoliberales son una amenaza a la vida en común y a los principios más importantes del feminismo, como la sostenibilidad de la vida, la interdependencia y la ecodependencia.
Durante el encuentro, las participantes abordaron esta crisis e identificaron agendas de resistencia, como las luchas por la paz, la justicia ambiental, la democracia y la soberanía popular, contra las empresas transnacionales, la militarización y las fronteras. Esas agendas son compartidas con organizaciones aliadas como La Vía Campesina y Amigos de la Tierra Internacional, que asistieron a la reunión para reforzar su cooperación y confianza política.
Junto a la alianza política, la estrategia de construcción del movimiento de la Marcha Mundial de las Mujeres también incluye prácticas como la formación, la comunicación, la solidaridad y la movilización en las calles —todas se han mencionado y se abordaron durante el encuentro, y que constituyen acciones permanentes y en constante elaboración colectiva.
El feminismo internacionalista construye luchas locales y globales
Al intercambiar experiencias y relatos sobre los contextos regionales y locales, las mujeres se dieron cuenta de las similitudes entre sus realidades. Ese intercambio tuvo lugar todos los días del encuentro, de las más distintas formas: en las místicas que prepararon cada día las diversas regiones, aportando sus propias simbologías, identidades y culturas políticas; en los debates en plenario y en grupos; en los momentos culturales y de manifestación común.
En este sentido, las mujeres insistieron en la urgencia de hacer frente a las diversas formas de fundamentalismo, el conservadurismo y la guerra, que articulan el patriarcado, el racismo y el capitalismo como mecanismos de control de las mujeres. También expresaron su denuncia colectiva a la industria de las fronteras, al extractivismo, a la explotación y a la destrucción causada por el avance de las empresas transnacionales en territorios y comunidades, especialmente en el Sur global.
Además, el nuevo ciclo de genocidio de Israel contra el pueblo palestino fue un tema clave del encuentro. La paz, la justicia, la desmilitarización y la autodeterminación de los pueblos son principios de la Marcha Mundial de las Mujeres desde su fundación, y estuvieron presentes en las reflexiones de las delegadas y en la construcción de una agenda común basada en la solidaridad feminista, anticapitalista, antiimperialista y anticolonial.
Las militantes de la MMM regresaron a sus países fortalecidas y nutridas por la experiencia y las perspectivas de sus compañeras de Palestina y de otros países y territorios de Medio Oriente, y comprometidas con el fortalecimiento de las movilizaciones de solidaridad en todo el mundo.