El movimiento feminista de Egipto, Túnez y todo el mundo perdió a la activista egipcia de derechos humanos, la doctora Nawal Saadawi.
La conocimos cuando vino por primera vez a Túnez, lo que coincidió con el comienzo de la actividad feminista independiente del centro cultural Tahar Al-Haddad. Su visita tuvo un impacto significativo para las jóvenes y las defensoras de los derechos de las mujeres, y nos acercamos a ella porque compartimos sus planteamientos sobre la discriminación de las mujeres en nuestras sociedades, sobre la dominación del sistema patriarcal, y también sobre la ausencia de democracia, el papel de los estereotipos sociales y las prácticas religiosas desiguales.
El ciclo de conferencias que presentó en centros culturales y su audacia al tratar algunos temas considerados tabúes ayudaron a sensibilizar a las mujeres y a los demócratas sobre la importancia de tener en cuenta la situación de las mujeres, para que se produzca un avance en la sociedad y se erradique el carácter patriarcal dominante y las mentalidades sociales discriminatorias.
Nawal Saadawi creía en la intersección entre la lucha feminista, la lucha democrática y la lucha por los derechos humanos. Fue detenida en 1981 durante el régimen de Sadat, junto con un grupo de opositores, bajo el pretexto de conspiración, pero en realidad fue por sus ideas. Esto la animó a publicar un libro sobre la cárcel de mujeres.
Nawal Saadawi nos inspiró con su firme creencia en la lucha feminista y por los derechos humanos y en el establecimiento de relaciones familiares basadas en la igualdad.
Hemos aprendido mucho de ella, que nos inspiró con sus atrevidos textos sobre sexo y religión y su enfoque de temas sencillos, como la mutilación genital de las niñas en Egipto.
A lo largo de su vida, se mantuvo firme ante los ataques que sufrió y las acciones legales entabladas en su contra. Nawal fue y seguirá siendo un símbolo de resiliencia y resistencia contra la tiranía y la discriminación. Participó con nosotras en muchos encuentros que repercutieron en Túnez y en los demás países árabes.
Su destacada personalidad y sus libros fueron y siguen siendo una gran referencia para el pensamiento feminista, que defiende la democracia, la igualdad y la libertad.
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Compartimos a continuación un fragmento de la autobiografía de Saadawi, A Daughter of Isis: The Early Life of Nawal El Saadawi (La hija de Isis: acerca de las memorias de Nawal El Saadawi), publicada por primera vez en 1999.
Vivir en resistencia
(…)
Me di cuenta de cómo la enfermedad y la pobreza están relacionadas con la política, el dinero y el poder, y de que la práctica de la medicina estaba distante de nuestra vida cotidiana. La escritura se convirtió en un arma para luchar contra el sistema, cuya autoridad se obtiene en el poder autocrático ejercido por el comandante del Estado y en el del padre o marido en la familia. La palabra escrita, para mí, se convirtió en un acto de rebeldía contra la injusticia ejercida en nombre de la religión, la moral y el amor.
La palabra no debe buscar agradar, no debe ocultar las heridas de nuestros cuerpos, los momentos escabrosos de nuestras vidas. A veces la palabra nos choca y nos duele, pero puede provocar que nos enfrentemos a nosotras mismas, que nos cuestionemos lo que hemos aceptado durante miles de años. (…)
La creatividad está vinculada a la memoria. A través de ella, descubrí los momentos luminosos de mi vida. Comenzaron a centellear cuando me encontré en el exilio, lejos de casa, como estrellas que murieron hace muchos años pero cuya luz aún nos alcanza.
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Hafida Chekir y Dorra Mahfoudh son militantes de la Marcha Mundial de las Mujeres en Túnez. Hafida es una de las fundadoras de la Asociación Tunecina de Mujeres Demócratas (Association Tunisienne des Femmes Démocrates — ATFD), y Dorra es integrante del Colectivo Magreb-Igualdad 95 (Collectif Maghreb-Egalité 95).