Desde hace casi siete meses, el pueblo afgano ha perdido sus derechos y las mujeres afganas, especialmente, se han convertido en el principal blanco del brutal régimen talibán. Las mujeres y niñas afganas son rehenes de los talibanes y se las utilizan como objetos de negociación cuando exigen algo a la comunidad internacional.
A las mujeres afganas se les ha ordenado que no salgan de sus casas sin un hombre de su familia, aunque sea un niño de cinco años. Se ha ordenado a las mujeres que se cubran y sus voces están prohibidas en los canales de radio y televisión, pese a que algunas presentadoras continúan trabajando, pero esto se limita sólo a la ciudad de Kabul. Fuera de Kabul, la vida en general se ha convertido en un infierno para las mujeres en Afganistán.
A las mujeres se les ha ordenado que se cubran de pies a cabeza con hijabs negros. Se les ha prohibido a vestirse con ropas coloridas y tacones altos, especialmente a las estudiantes universitarias. Recientemente, las universidades retomaron el trabajo, pero con clases segregadas y con estudiantes mujeres detenidas por llevar cualquier aderezo que los talibanes consideren inapropiado.
El escenario general en Kabul es sombrío. Si se les pregunta a las mujeres, dirán que hay incursiones diarias en los mercadillos y almacenes. Si una mujer sale sola, en poco tiempo aparecen los talibanes para golpearla e insultarla.
Las escuelas siguen cerradas en todo Afganistán, incluso en zonas consideradas seguras, aunque la justificación que se da es por «razones de seguridad». La verdad es que las universidades sólo han reabierto porque los talibanes quieren presentar una imagen positiva de sí mismos, pero los medios de comunicación internacionales y locales no informan sobre lo que realmente está ocurriendo.
Las mujeres afganas protestan desde el primer día que los talibanes han vuelto. Por eso los talibanes temen la valentía de las mujeres afganas, y por eso que muchas de las manifestantes fueron detenidas, golpeadas y hay reportes de que también fueron violadas. Incluso ahora algunas activistas siguen detenida.
Las activistas son perseguidas y asesinadas. Sus cuerpos aparecen muertos y, según los talibanes, son pistoleros «desconocidos» los que asesinan a estas mujeres. El pueblo de Afganistán sabemos que los talibanes son el «pistolero desconocido», ya que son uno de los responsables de eliminar a las personalidades progresistas.
En Afganistán hay una fuerte censura y los medios de comunicación locales no se atreven a mostrar la brutalidad de los talibanes. Fuera de Kabul, hay palizas públicas y otros castigos, al igual que en el anterior periodo de los talibanes en el poder, entre 1996 y 2001.
Afganistán ya fue olvidado, sobre todo con la crisis que se desarrolla en Ucrania. El mundo dejó de mirar a Afganistán por completo. Mientras el mundo se centra en Ucrania, los talibanes están realizando incursiones casa por casa en Kabul, Paruán y Kapisa y deteniendo a personas, simulando ser secuestradores, miembros de Daesh [Estado Islámico, acrónimo árabe] y similares. Debido a la censura, aún no disponemos de cifras exactas sobre el número de personas detenidas.