El contexto político y económico global es un territorio de lucha que nos reta a fortalecer los movimientos sociales y encontrar caminos hacia la resolución de los graves problemas que vivimos y enfrentamos cotidianamente. Constituirnos en sujetos políticos y sociales, y avanzar en nuestras propuestas, siguen siendo retos, por lo que la formación política y los procesos de formación son acciones y decisiones estratégicas de los movimientos sociales que fortalecen la organización, la articulación y la conformación de movimientos capaces de cambiar la realidad en que se vive y construir una alternativa para la vida.
En un contexto de pandemia muy adverso a nivel mundial, pero con muchos signos de esperanza y fuerza provenientes de los pueblos, mujeres de base, indigenas, afrodescendientes de muchas nacionalidades y diversidades sexuales y de género, desarrollamos la Escuela Internacional para la Organización Feminista “Berta Cáceres” durante el año 2021, una escuela de formación política feminista dirigida a compañeras y compañeres que ejercen su liderazgo en organizaciones como la Marcha Mundial de Mujeres, la Red Ambiental Indígena (IEN), Grassroots International y la Alianza Popular para la Justicia Global (GGJ). Esta escuela tiene como objetivos desarrollar el pensamiento y comprensión política de la realidad global de las mujeres, los pueblos y las diversidades sexuales y de género, fortalecer las alianzas y el trabajo organizativo, y proponer la economía feminista como una alternativa al capitalismo neoliberal que actualmente impera y destruye el mundo.
Con el desarrollo del currículo de esta escuela, y su publicación en marzo del 2022, tuvimos las condiciones para desarrollar una Escuela para Facilitadoras/es como un proceso complementario. Este segundo proceso se enfocó en enriquecer los conocimientos y experiencias de las/es participantes para facilitar procesos formativos contextualizados en sus comunidades y regiones. Estuvo dirigido sobre todo a las/es compañeras/es que habían participado en la escuela del año 2021 para que, con la experiencia ganada en Educación Popular, pudieran asumir el compromiso de promover y facilitar procesos formativos en sus organizaciones, tomando como base el contenido de formación política de la Escuela Internacional para la Organzación Feminista “Berta Cáceres”.
Con el objetivo de ampliar y fortalecer los conocimientos de las/es compañeras/es en la Educación Popular feminista decolonial organizamos y desarrollamos en cinco idiomas, de abril a agosto de 2022, el proceso de formación de facilitadoras/es. Se inscribieron 105 compañeras/es provenientes de 38 países de las Américas, África, Europa, Medio Oriente y Asia, sin embargo, por falta de tiempo, cambios de trabajos, sobrecarga de tareas o enfermedades, entre otras razones, 61 compañeras, o el 58% de las inscritas, fueron las que finalizaron el proceso entero.
Como ya sabemos, el uso de la metodología de la Educación Popular en los procesos formativos implica enriquecer los conocimientos y experiencias que todas/es tenemos para prepararnos a vivir nuevas experiencias. A su vez, mediante un proceso de sistematización y síntesis de estas experiencias, se amplía el conocimiento que ya tenemos y el contenido mismo de la escuela. Esperamos que esta idea política nos permita generar procesos contextualizados para seguir enriqueciendo la experiencia de todas/es y que esta experiencia sea un aporte más a nuestras luchas.
Estamos seguras que lograremos que este proceso iniciado con la escuela del año 2021 se multiplicará en distintos territorios del planeta y en distintas comunidades en lucha, dado que todas/es somos participantes en organizaciones y/o comunidades que trabajan para abordar los problemas a los que nos enfrentamos y están en la lucha por superarlos. De hecho, durante el curso de la escuela, algunas de las/es compañeras/es hicieron propuestas de seguimiento a este proceso en donde facilitaran réplicas de los contenidos de la escuela en sus regiones o en sus comunidades. La continuación de estas prácticas darán seguimiento también a las conexiones desarrolladas entre las/es participantes durante la escuela o dentro de las alianzas que ya tienen a nivel local, lo que contribuirá a fortalecer el movimiento feminista popular desde lo local a lo global.
En este libro se encuentra una recopilación de materiales sobre la Educación Popular feminista y decolonial incluyendo una reflexión para la mediación pedagógica, asi como las guías metodológicas y los talleres. Esta recopilación es un aporte para todas las personas que usan la Educación Popular como una herramienta para los procesos formativos en los pueblos y comunidades. Además, encontrarán las diferentes síntesis elaboradas durante el desarrollo de la escuela que dan cuenta de las reflexiones y los conocimientos colectivos construídos por todas/es. Por último, también compartimos algunas ideas prácticas sobre cómo desarrollar los talleres de formación política de la Escuela “Berta Cáceres”, lo cual es el objetivo de estas escuelas. Esperamos que estas contribuciones guíen el trabajo de quienes estamos en este camino de lucha y transformación hacia una vida digna en otro mundo posible.
Sandra Morán
Mediación pedagógica en un taller
Gina Alfonso
Me gustaría compartir con ustedes la experiencia de lo que constituye, en un proceso de formación, atender la mediación pedagógica. Lo primero es comprender que todo proceso de formación, en sí, es un proceso pedagógico, o sea, es un proceso educativo de aprendizaje y de desaprendizajes, tanto para los que participan como estudiantes y para las personas que van a facilitar como coordinadoras, profesoras o profesora de estos procesos. La pedagogía es un proceso creativo donde se transforman, en ese proceso, todas las personas que participan de una u otra manera y desde diferentes responsabilidades. Por eso, en un proceso de mediación pedagógica, uno de los elementos principales que hay que atender es cuál va a ser la responsabilidad, cuál va a ser la tarea, cómo se va a organizar el proceso creativo y cómo se va a asimilar el conocimiento o los saberes a partir de las experiencias de vida de las personas que participan de ese proceso de formación. Por tanto, el primer criterio pedagógico que hay que atender en un proceso educativo de formación, son las experiencias de vida, los saberes acumulados, la capacidad crítica valorativa de quienes participan en ese proceso.
En el caso de los procesos, en los cuales tenemos experiencias que se apoyan en la metodología de la educación popular, hay siempre que atender su elemento dialógico, el debate, el intercambio de opiniones que nos permitan construir, en el proceso formativo, un saber colectivo, un diálogo colectivo; mantener elementos para la participación, donde cada cual vaya, desde su experiencia, [añadiendo] los aspectos que contribuyan [al] eje de ese proceso formativo, de ese proceso pedagógico, [y] las personas sientan que lo van construyendo.
Todo proceso formativo, todo proceso pedagógico es un proceso creativo, es un proceso donde todo el tiempo se van exponiendo las valoraciones de las personas que participan desde sus experiencias de vida. El nuevo conocimiento se construye, no se impone. [La] capacidad pedagógica de quien conduce el proceso pedagógico está precisamente en saber por dónde halar los diferentes hilos que se van poniendo en el proceso de construcción de la formación hacia el objetivo que uno quiere alcanzar y, entonces, ir haciendo un objetivo, una construcción colectiva común, para que ese objetivo que uno se plantea en el proceso de formación sea asimilado por todas las personas que participan.
Cuando en un proceso de formación uno pasa por encima o no atiende o no tiene en cuenta las experiencias de vida y los saberes acumulados, sencillamente uno pierde la oportunidad de que ese proceso pedagógico, que ese proceso educativo o formativo, como querramos llamarle, sea asimilado conscientemente por quienes participan.
Lo esencial en un proceso de formación es facilitar la asimilación consciente de lo que se debate, de lo que se construye, del nuevo conocimiento. Los procesos de formación tienen que enfrentarse a una lógica de dominación donde se viene con un conocimiento a imponer un conocimiento, donde hay una voz de saber que es única y que desde esa voz se [dice] cómo debe construirse el proceso o cómo debe hacerse el proceso. Por eso es importante en esta mediación pedagógica que se definan de manera colectiva cuáles van a ser las líneas de trabajo, cuáles van a ser los presupuestos pedagógicos que se van a asumir y asimilar por quienes participan de este proceso de formación. Entonces, [como] un poco [de] síntesis de lo que estamos diciendo [es que], como [un] elemento de mediación pedagógica, es importante atender la capacidad crítica de quienes participan. La posibilidad de dialogar desde esa capacidad crítica con las experiencias vividas por quienes participan…el sentido dialógico tiene que ser un sentido para crear un nuevo conocimiento, para poner todos los saberes en común y, al mismo tiempo, ir alcanzando, en ese proceso de formación, un objetivo que nos permita a todos avanzar hacia procesos de transformación más emancipadores, más liberadores y que podamos enfrentar de manera colectiva el pensamiento único.