Rafaela Pimentel: “Las trabajadoras de hogar estamos articuladas en una de las luchas más potentes en España”

06/09/2022 |

Por Capire

Conozca la irreverencia, las luchas y los logros de las trabajadoras del hogar organizadas en el colectivo Territorio Doméstico, en el Estado español.

La dominicana Rafaela Pimentel Lara llegó a Madrid, España, en 1995. Proveniente de Santo Domingo, donde tuvo una trayectoria de trabajo comunitario y de activismo feminista, su trayectoria migratoria pasó primero por Estados Unidos, donde estaba su familia. Luego fue a Madrid a buscar a su hijo que vivía con la expareja de Rafaela. Una vez en España, como exige la Ley de Extranjería, la activista empezó a trabajar de inmediato como trabajadora del hogar y pronto se involucró en la organización de un colectivo de mujeres en el barrio donde vivía.

En entrevista con Capire, Rafaela analizó la situación de las trabajadoras del hogar en España y compartió las estrategias creativas, feministas y populares para organizar a las mujeres en el colectivo Territorio Doméstico, activo desde 2006. Al evaluar las luchas y logros recientes, como la ratificación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la activista destaca que las trabajadoras del hogar luchan no solo por derechos, sino por cambios estructurales en la sociedad. En esta trayectoria, las trabajadoras del hogar construyen alianzas y agendas comunes en torno al cuidado como parte del movimiento feminista del país, para que sea reconocido, valorado y reorganizado el trabajo.

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Quienes son las trabajadoras de hogar en el estado Español? Y cual es la situación de esas trabajadoras en el país?

Somos en mayoría trabajadoras de hogar de distintos países de Latinoamérica y del Caribe, y también de España. Estamos en un régimen especial, es un trabajo que hacemos sin, a penas, derechos. Los pocos que conseguimos, los conseguimos en el 2011. Es una situación difícil, totalmente de abuso. Estamos la mayoría de las trabajadoras de hogar sosteniendo el sistema de cuidado en el Estado español a costa de casi nuestras vidas. Muchas estamos trabajando sin contrato, sin cotización en la seguridad social, sin cobertura de riesgos laborales. Muchas mujeres estamos trabajando con más de sesenta o setenta años sin derechos.

Las trabajadoras de hogar internas son las que están sufriendo la situación más dura. No tienen descanso, trabajan 24 horas, no se cotiza por ellas, no se les da los derechos que tienen que darles. Muchos empleadores y empleadoras se agarran de que muchas de las trabajadoras internas no tienen papeles. Muchas trabajadoras, cuando llegan, no saben cuáles son los derechos que tenemos. Hay mucho desconocimiento. Y aunque muchas lo sepan, hay empleadores y empleadoras que no los cumplen y están abusando por ser el único trabajo que muchas logramos, porque hay una ley de extranjería que te roza. En  España tienes que durar tres años para poder tener un papel legal. La gente se aprovecha de tu vulnerabilidad en esto. Tenemos que realizar ese trabajo porque muchas de nosotras tenemos que mantener a nuestras familias tanto en el Estado español como fuera, de donde nosotras somos.

Habemos más de 700 mil trabajadoras de hogar en España. Hay 415 mil dadas de alta en la seguridad social, que son las que tienen los papeles. Hay las que aún teniendo documentos no le dan de alta la seguridad social. Esas son las cifras oficiales que sabemos porque están publicadas. Nosotras también sabemos que hay más de 200 mil trabajadoras de hogar que no tienen documentos, pero que están trabajando y no están en esas cifras.

Decimos que la situación de las trabajadoras de hogar en España, específicamente las trabajadoras internas, roza la plena esclavitud del siglo XXI. Pero hace muchísimos años que estamos organizadas y articuladas en más de cincuenta colectivos. Esa es la otra parte de la situación de las trabajadoras de hogar que a nosotras nos gusta mucho resaltar, porque creemos que la potencia de las trabajadoras de hogar organizadas aquí en España y en otros países es clave.

Nos gustaría escuchar sobre las estrategias llevadas a cabo por ustedes desde el Territorio Doméstico para la organización de las trabajadoras domésticas. ¿Cuáles son los principios y prácticas de la organización? ¿Cuáles son los retos?

Es una metodología participativa, asamblearia, donde todas compartimos los saberes que tenemos. Los compartimos entre todas, respetando los ritmos de cada una para poder organizarnos. Hemos construido algunas herramientas que nos sirven estratégicamente. Primero, nosotras comenzamos con el teatro. Era muy complicado hablar de la situación que estábamos pasando y de nuestro trabajo. La mejor manera que vimos era hacerlo a través del teatro. Hacíamos unos sketch de teatro donde contábamos la historia de alguna amiga, que realmente era la historia de nosotras pero contábamos en tercera persona. De ahí pudimos sacar muchísimo de lo que nosotras estábamos viviendo. Comenzamos a hablar y a poner el cuerpo a través del teatro.

Otra de las herramientas ha sido la música. Hemos hemos escrito algunas canciones y tuneado otras, que es cambiarle la letra a canciones tradicionales, poniéndolas letras nuestras. El 2018 hicimos el disco de Territorio Doméstico. Hicimos diez canciones junto a un coro de voces que nos apoyaron, y nosotras las trabajadoras de hogar, nueve en total, pusimos las voces para cantar las canciones. Ese disco a nosotras nos sirve para estar en las reuniones, animarnos, participar, bailar, festejar. Nosotras utilizamos las canciones en que se habla de las fronteras, de feminismo o de los cuidados cuando hacemos talleres sobre esos temas.

Otra herramienta que hemos construido se llama “la pasarela”. Es una pasarela como la que se hacen de las modelos de moda. Nosotras desfilamos las vidas de las trabajadoras de hogar, las vidas de las mujeres. Construimos personajes que luego los hacemos desfilar en la calle. Es una herramienta que se puede utilizar tanto en la calle como dentro. Nos vestimos, nos ponemos pelucas, gafas, nos disfrazamos. Eso lo hicimos también para cobrirnos y protegernos de los acosos policiales y de las redadas policiales que antes se hacían más a toda la gente que no teníamos documentación del Estado español. La pasarela fue uno de los motivos que hizo que muchas trabajadoras de hogar pudiéramos manifestarnos en la calle, porque nos disfrazaban y nadie nos conocía. Esa herramienta nos ha valido doblemente, tanto para visibilizar las situaciones de las trabajadoras de hogar, las cuidadoras y que en realidad nos atraviesan a las mujeres, y luego también nos ha servido para que muchas compañeras puedan salir a la calle sin que se les reconozca en su trabajo y pierdan un poco el miedo.

Hemos hecho una radionovela con ocho capítulos, donde vamos hablando de la situación de las personas migrantes cuando atravesamos frontera. Esa radionovela se llama Querían brazos y llegamos personas. Ahí hemos participado muchísimas compañeras, inclusive compañeras nuevas que llegan al colectivo. Esa herramienta también les ha permitido que pierdan el miedo en participar en asambleas y hablar de su situación.

Mayo Pimentel

En varios países, una de las luchas comunes de las trabajadoras del hogar es por legislaciones laborales que garanticen efectivamente sus derechos. ¿Cómo están las perspectivas de esa lucha en el Estado español, que recién ha ratificado el Convenio 189 de OIT?

El gobierno español tenía que ratificar el Convenio 189 de la OIT porque ya en otros países se había ratificado. En el 2013, en unas jornadas en Italia, nos dimos cuenta de que el Estado español no iba a ratificarlo. Empezamos desde allí a hacer la lucha más activa para la ratificación.

El año pasado, junto con el movimiento feminista, todos los colectivos de trabajadoras de hogar nos pusimos a una. Comenzamos a hacer asambleas feministas por el convenio 189 y esa lucha fue titánica, fue muy eficaz porque lo conseguimos. El último día 9 de junio, el Convenio 189 de la OIT fue ratificado unánimemente por el Estado español. Nosotras decimos que hemos ganado pero continuamos luchando, porque al Convenio 189 de la OIT le faltan cosas que tienen que estar para su implementación.

Por eso nosotras, desde el minuto cero después del día 9, hemos ido por un real decreto[1] para las trabajadoras de hogar con los derechos que tenemos que tener, como tienen todas las trabajadores y trabajadores. Comenzamos a pedir reuniones a los Ministerios competentes para hacer que, antes que termine esta legislatura política en España, se haga ese real decreto. Nosotras hemos enviado once propuestas para el decreto. Sabemos que no todas las propuestas van a llegar, pero si las trabajadoras de hogar conseguimos las principales propuestas, la situación mejoraría muchísimo. Y nosotras lo tenemos claro: conseguimos esas 11 y seguimos hacia adelante, como lo hemos hecho en el 2011, cuando conseguimos cuatro cosas y seguimos nuestra lucha.

Hoy estamos articuladas, las trabajadoras de hogar, de una manera que ha sido una de las luchas más potentes que existen en España. Ahora mismo, somos referentes en las luchas que están habiendo en Europa.

Anna Brotman-Krass

¿Cómo es la relación y articulación de las organizaciones de trabajadoras domésticas con el movimiento feminista en el país?

Nosotras creemos que las trabajadoras de hogar, por mucho que nosotras trabajemos, no podemos hacer esta lucha solas. Además, no tenemos porque hacerla sola, porque esa lucha nos atraviesa a todas las mujeres, a todas las personas. Por eso, nuestro empeño en las alianzas, que han sido fundamentales. Desde los inicios, nosotras nos encontramos con mujeres españolas, con mujeres que no son trabajadoras de hogar pero sí sus madres, sus abuelas, sus tías o ellas mismas ya habían trabajado en el trabajo de hogar.

Desde los primeros momentos, nuestro colectivo ha hecho una alianza fundamental con el movimiento feminista de España. Muchas de nosotras ya éramos feministas. En 2017 y 2018, estuvimos en las dos últimas huelgas feminista, donde la lucha de las trabajadoras de hogar ha sido fundamental junto con el movimiento feminista. Llegamos a poner el Convenio 189 de la OIT en la agenda política del movimiento feminista y también llegamos a poner los cuidados, al igual que el tema de las fronteras, que son de las cosas que nos atraviesan a muchas de nosotras. Ha sido una manera de reconocer la lucha de las trabajadoras de hogar dentro del movimiento feminista. Son relaciones de construir juntas, de participar y de hacer acciones juntas.

No solamente luchamos por los derechos laborales de las trabajadoras de hogar, sino que queremos una reorganización social de los cuidados. Queremos un sistema comunitario del cuidado. No queremos que a este sistema lo sigamos sosteniendo las trabajadoras de hogar pobres, migrantes y específicamente las mujeres, que somos las que estamos haciendo el cuidado de manera remunerada o gratuita en las casas.

Ahí está lo que desde los feminismos andamos buscando: la reestructuración de este sistema patriarcal, capitalista y racista. Y, además, que los cuidados no estén sostenidos solamente por las mujeres. Creemos que eso será una estacada también al patriarcado que ha inculcado desde siempre que las mujeres nos encarguemos de los cuidados o de esos trabajos invisibles, pero que sostienen y gestionan la vida. Desde los feminismos, nuestra lucha de trabajadoras de hogar es fundamental y es como los dos hilos que se unen para que estas luchas puedan ser efectivas y ejemplares.

¿Qué visión y perspectiva de cambio la organización y la política desde el trabajo doméstico y de cuidado aportan a los movimientos sociales y sindicales?

El aporte es la búsqueda no solo de derecho laborales sino de la restructuración de los cuidados. Ha sido un gran aporte a todas las luchas sociales. Ahora mismo, por ejemplo, al haber ganado que se ratificara el Convenio 189 de la OIT, las organizaciones sociales y los movimientos feministas desde toda la sociedad han visto que la lucha de nosotras ha sido fundamental. Está siendo un aprendizaje para muchas organizaciones y para muchas luchas que se vea el tesón que nosotras hemos tenido, la participación que nosotras hemos tenido y que seguimos teniendo en la búsqueda no solo derechos, sino de la mejoría, de la dignidad y del reconocimiento a este trabajo.

Se lo debemos a tantas mujeres que han trabajado y han luchado para que el trabajo de hogar tenga su dignidad y sus derechos como debe tenerlo. Se lo debemos a esas abuelas, esas bisabuelas, a todas esas mujeres que han estado sosteniéndolo y gestionando la vida y que no se le ha dado un reconocimiento.

El aporte de la lucha de las trabajadoras de hogar a los movimientos sociales y sindicales es fundamental. Porque en sí, todos estos movimientos nos atraviesan a las trabajadoras de hogar. Nosotras luchamos por la vivienda, por una salud pública digna, para que se cambien esas fronteras donde a la gente se criminaliza, se abandona y encuentra hasta la muerte.

Desde las trabajadoras de hogar, estamos cruzando todas esas fronteras, nos atraviesan todas esas luchas. Vamos a seguir haciéndolo juntas, en coordinación, haciendo agenda política y sosteniéndonos. Como nosotras decimos: primero nos sostenemos y luego nos organizamos. Cuando nos organizamos sabemos que ya empezamos a vencer y a construir una sociedad y un mundo donde las mujeres no estemos sosteniendo solas los cuidados, donde las mujeres seamos respetadas y tengamos derechos como todas las personas.


[1] Un real decreto, en el sistema jurídicoespañol, es una norma jurídica con rango de reglamento que emana del poder ejecutivo y en virtud de las competencias prescritas en la Constitución. (Fuente: Wikipedia)

Entrevista conducida por Tica Moreno
Revisión de Helena Zelic

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