El Talibán y la ocupación afectan a toda la región: las mujeres pakistaníes contra el autoritarismo

27/08/2021 |

Por Bushra Khaliq

Lee y escucha la intervención de Bushra Khaliq durante el webinario "Luchas feministas para derrotar el autoritarismo"

Stringer/AFP

Este texto es una versión editada de la intervención de BushraKhaliq, de la Marcha Mundial de las Mujeres de Pakistán, durante el webinario «Luchas feministas para derrubar el autoritarismo». La Marcha Mundial de las Mujeres ha declarado su solidaridad permanente con las mujeres de Afganistán y hace un llamamiento a las mujeres de todo el mundo para las 24 horas de solidaridad feminista el próximo 1 de septiembre.


Con respecto a los regímenes autoritarios de nuestra región, solo tenemos razones para reaccionar ante las situaciones adversas. Las políticas públicas relativas a la protección de las mujeres y los derechos humanos en nuestros países están bajo ataque. Nuestros líderes políticos, como nuestro primer ministro, dicen cosas como «una mujer puede ser violada según lo que lleve puesto». Tras esa declaración, hubo muchas críticas, por un lado, pero la mentalidad patriarcal se impuso. Están expresando el odio y la misoginia que sienten ante la visibilidad y la participación de las mujeres en la esfera pública.

Las mujeres están siendo atacadas, violadas, golpeadas e incluso asesinadas en diversas zonas del país. Es una crisis enorme, hay mucha revuelta. Nos preocupa el comportamiento, la mentalidad de las personas que están en el poder y que gozan de privilegios. ¿Cómo ven, analizan e identifican las causas del aumento de la violencia contra las mujeres?

Los derechos de las minorías religiosas también están amenazados. Fueron registrados diversos ataques a espacios de culto de minorías religiosas. Esta mentalidad intolerante prevalece no sólo en nuestra sociedad, sino también entre los parlamentarios, el presidente del Parlamento y el jefe de Estado. Su intolerancia y sus discursos discriminatorios provocan más actos violentos en la sociedad.

En ese periodo de dos años, hemos vivido una inmensa crisis en el ámbito de la salud. El Estado fracasó, ya que no fue capaz de responder a la pandemia de COVID-19. Miles de mujeres perdieron sus trabajos, el sistema de salud colapsó, la población no siguió la aplicación de los protocolos operativos y el gobierno no garantizó una gestión adecuada de la pandemia. El tema de los insumos, especialmente las vacunas, y las consecuencias para la economía son realidades muy críticas.

Relaciones entre Pakistán y Afganistán

Pakistán tiene una gran frontera con Afganistán. Frente a la influencia socialista en Afganistán desde 1979, Pakistán apoyó fuertemente la intervención imperialista de Estados Unidos. Y también sufrió los efectos adversos de su política exterior hacia Afganistán, ejecutada juntamente con las fuerzas imperialistas. El país está sufriendo con la apertura de las fronteras. Más de tres millones de refugiados afganos han entrado en Pakistán caminando, porque tenemos la frontera más larga con el país vecino, por el norte y el este.

Pakistán no reconoce ni ratifica las políticas para las personas refugiadas. Por eso, durante los últimos 40 años no se ha aplicado ninguna política ni ley integral para acoger a estas personas y garantizarles sus derechos humanos. Aunque sea importante acogerlas y abrir las fronteras en tiempos de crisis, cuando hay demanda de refugio, sin infraestructura, políticas y leyes de protección para las personas refugiadas, el resultado puede ser desastroso.

El 15 de agosto de este año, Kabul fue capturada por el Talibán, grupo fundamentalista que controló el país entre 1996 y 2001. En ese momento, el gobierno de Pakistán reconoció el régimen de los talibanes y fue el primero de entre los tres países que apoyaron al grupo. El Talibán tiene una trayectoria muy cruel en el gobierno y ahora, por segunda vez, ha ocupado todo Afganistán. Las fuerzas estadounidenses han comenzado a retirarse de la región, y el modo como lo hacen ha dejado al país al borde de la guerra civil. Todo el sistema colapsó.

Durante el primer régimen del Talibán, la destrucción fue inimaginable. La situación de los derechos de las mujeres, la protección de las minorías religiosas y la economía del país era muy mala. Durante los 20 años de intervención imperialista estadounidense, la nueva generación comenzó a tener educación, especialmente las mujeres. Se abrieron las escuelas. Veíamos a las mujeres artistas viajando a otros países y mostrando una imagen positiva de Afganistán. Sin embargo, EE.UU. no supo gestionar las cosas, ni fortalecer a la población, ni explicar por completo al pueblo afgano qué significaba el régimen de Talibán.

Ahora, todo es una amenaza. La comunidad periodística está siendo atacada, reporteros han sido golpeados y humillados por transmitir imágenes de las protestas en el Día de la Independencia de Afganistán. Los periodistas mostraban la resistencia del pueblo afgano al gobierno de los talibanes y a la marcha de las mujeres por las calles reclamando un cambio político. También los artistas están amenazados, porque el Talibán no reconoce las expresiones culturales. Las mujeres que estaban en la política y en la vida pública también se ven amenazadas.

El Talibán tiene un largo historial criminal de asesinatos, muertes y conductas autoritarias. Impone su propio código ético y de vestimenta. Nos preocupa la seguridad de las mujeres en general, que tienen mucho miedo y no saben si podrán volver a trabajar o no. El Talibán ha anunciado una amnistía general, pero el pueblo afgano tiene miedo de seguir trabajando, especialmente las mujeres y los antiguos funcionarios del gobierno.

Organizando la solidaridad feminista

Nosotras y otras compañeras de la Marcha Mundial de las Mujeres ya estamos en contacto con las militantes afganas. Como movimiento feminista, tenemos que pensar en formas de ampliar nuestra solidaridad más allá de las declaraciones. Tenemos que hacer que nuestros gobiernos se den cuenta de que reconocer el poder del Talibán sería, una vez más, desastroso para la población de Afganistán y de la región. Nos unimos para apoyar los derechos de las mujeres en Afganistán. Llevan 45 años sufriendo. Ha llegado el momento de expresar nuestra solidaridad con acciones creativas y concretas.


Bushra Khaliq es directora ejecutiva de Mujeres en Lucha por el Empoderamiento (Women in Struggle for Empowerment – WISE) y representante de Asia y Oceanía en el Comité Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres.

Edición por Bianca Pessoa, Helena Zelic y Tica Moreno
Traducción del portugués por Luiza Mançano
Idioma original: inglés

 

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