Después de un mandato de cuatro años, Jovenel Moïse, del Partido Haitiano Tèt Kale [Parti Haïtien Tèt Kale – PHTK]¹ y su política de masacres y corrupción intenta mantenerse en el gobierno mediante un golpe de Estado. Moïse llegó al poder a finales de 2016 tras unas elecciones en las que solo participó el 21% de la población. Las nuevas elecciones generales, que deberían ser celebradas en 2020, no se celebraron y el gobierno de Moïse, que debería haber terminado en febrero de este año, continúa -y con un poder aún más fuerte, ya que los mandatos de los parlamentarios elegidos en 2016 han terminado. El pueblo haitiano ha salido a las calles de Puerto Príncipe y ha organizado amplias manifestaciones en defensa de la Constitución y la democracia.
En un vídeo grabado para Capire, Islanda Micherline, miembra de la Unión de Pequeños Agricultores Haitianos [Tèt Kole Ti Peyizan Ayisyen], de la CLOC-Vía Campesina y Alba Movimientos, explica cómo se produjo la crisis en Haití, cuáles son los crímenes cometidos por la política de Moïse y sus aliados y cuáles son los impactos de ésta en la vida de los haitianos. «Hay un deseo evidente de distorsionar la realidad haitiana actual o de bloquear cualquier circulación de información precisa relacionada con ella para evitar que el resto del mundo comprenda realmente lo que está sucediendo en Haití», cuenta Islanda.
Haití es un país marcado por el imperialismo y el militarismo, por las intervenciones extranjeras, por la economía de la deuda, dictaduras y males sociales derivados de las grandes catástrofes naturales. Además de las prácticas políticas del actual gobierno, las relaciones imperialistas de explotación y ocupación que se mantienen en el país desde hace casi 200 años ponen en riesgo la vida de miles de personas del campo y la ciudad. Por lo tanto, su pueblo se forja en la lucha colectiva.
El proyecto político en curso es un proyecto de violencia, autoritarismo, desempleo y precariedad laboral, y de mantenimiento de las desigualdades. Moïse cuenta con el apoyo de los Estados Unidos y de las Naciones Unidas, y es un empresario agrícola que se beneficia de la exportación de alimentos y recursos naturales. Su gobierno es responsable por reforzar los vínculos con empresas y corporaciones extranjeras que usurpan el territorio y la naturaleza, agravando el impacto en la vida y el trabajo del pueblo haitiano durante la pandemia de covid-19.
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¹ El nombre Tèt Kale [Parti Haïtien Tèt Kale – PHTK], que significa “cabeza calva” en criollo haitiano, rinde homenaje a Michel Martelly, ex presidente de Haití, conocido por su cabeza calva. Michel fue presidente de 2011 a 2016, cuando se desató una crisis electoral en el país.
