Gaza en el centro: “Las fuerzas de ocupación israelís usan el hambre como arma de guerra”

08/08/2025 |

Capire

La Vía Campesina y la Unión Palestina de Comités de Trabajo Agrícola debaten acciones de solidaridad impulsadas en todo el mundo

Con la realización de una serie de acciones, La Vía Campesina (LVC) reafirma su solidaridad inquebrantable con las agricultoras y los agricultores palestinos y la lucha más amplia por la liberación de Palestina, y reconoce la íntima conexión de esta batalla con la lucha por la soberanía alimentaria, los derechos de la población campesina y el derecho colectivo de las personas a determinar sus propios sistemas alimentarios. LVC denuncia que el hambre y la destrucción de todas las formas de producción y distribución de alimentos han sido un arma sistemática de la ocupación y del genocidio israelíes. La organización afirma que “escuchar los testimonios revela que impedir el acceso a las semillas, destruir la infraestructura hídrica y perseguir a pescadores y agricultores son componentes integrales de esta estrategia”.

Representando a más de 200 millones de personas campesinas que construyen la organización en todo el mundo, dos integrantes de LVC están en el barco Handala, la actual misión de solidaridad pacífica organizada por la Coalición de la Flotilla de la Libertad. Hatem Aouina, de Túnez, integrante de la Asociación Un Millón de Mujeres Rurales y Sin Tierra y representante regional de La Vía Campesina en el Norte de África y la Región Árabe (ArNa), “ejemplifica la solidaridad popular de los movimientos campesinos con el pueblo de Palestina, que actualmente enfrenta niveles sin precedentes de violencia, asedio y hambre”, declaró LVC. Ante los continuos ataques y asaltos al barco, todas las miradas están puestas en Gaza y en la denuncia del bloqueo que afecta a más de dos millones de personas palestinas.

El 26 de junio de 2025, en un esfuerzo por seguir condenando la destrucción de Gaza y sus sistemas de vida, y también para compartir informaciones y experiencias de solidaridad de todo el mundo, la organización realizó el webinario global “Gaza en el centro”. Este evento rindió homenaje a dos integrantes de LVC en Gaza que murieron en un reciente ataque aéreo israelí. Morgan Ody, coordinadora internacional de LVC, declaró que el webinario estaba dedicado “a la memoria y al respeto de todas las personas agricultoras, especialmente de las mujeres agricultoras de Gaza, que resisten cada día produciendo alimentos y alimentando a la población”.

Torkia Cheibi, de la Asociación Un Millón de Mujeres Rurales de Túnez, participó en la caravana «Sumud«, que viajó por tierra, y denunció la violencia sufrida por militantes que participaron de la jornada. La misión de Sumud era llevar ayuda humanitaria a Gaza y sufrió numerosas violaciones. A sus integrantes se les negó el acceso a alimentos y encontraron resistencia al establecer campamentos. La caravana se detuvo en Libia. Además de la violencia contra quienes participaron en esta acción, Torkia denunció la desinformación generalizada en torno a las actividades y la organización. “El único objetivo de la caravana era romper el asedio al pueblo palestino. Enfatizamos que cualquier desinformación sobre la caravana solo apoya a quienes normalizan la colaboración con los israelíes. Su blanco son los símbolos de la resistencia, en un intento por eliminar cualquier forma de resistencia que pueda oponérsele”, declaró.

Queríamos romper el silencio y el miedo que sienten muchas personas porque, como árabes, nos enfrentamos a numerosos desafíos, como la normalización de las relaciones entre nuestros gobiernos y el gobierno sionista. Esta caravana fue una victoria para nuestra dignidad. Es una forma de resistencia, usando nuestros cuerpos como armas para impedir el genocidio. También fue una respuesta a las acciones de la ocupación israelí, no solo en Gaza, sino también en Cisjordania, Palestina en su conjunto, Irán y el Líbano.

Torkia Cheibi

 
 Layla Jandoubi, también de la Asociación Un Millón de Mujeres Rurales, explicó: “Llegamos al este de Libia, tras recorrer 40 kilómetros, cuando encontramos la carretera bloqueada. Estábamos rodeados por las fuerzas de seguridad libias y nos permitieron pasar. Pasamos cuatro noches en un campamento en el desierto y sufrimos muchísimas penurias”. A pesar de tantos desafíos impuestos por Israel, “la caravana Sumud sigue siendo una experiencia en construcción. Volveremos y vendrán más caravanas. Alzaremos nuestra voz para el pueblo”.

Anuka de Silva, integrante de LVC en Sri Lanka, explicó la histórica lucha que se libra en su país por la liberación de Palestina, en la que los movimientos locales denuncian las alianzas entre el gobierno de Sri Lanka e Israel: “El gobierno de Sri Lanka desempeña un doble papel en el conflicto palestino-israelí. Envía continuamente trabajadores a Israel, incluso de los sectores de la construcción, la salud y la agricultura. Estamos ejerciendo una enorme presión sobre el gobierno para que frene el turismo procedente de Israel, ya que este también es un grave problema en nuestros países asiáticos. Están intentando difundir su ideología sionista por todo el mundo”, denuncia.

Elisa Mascetti, de la Asociación Rural Italiana, organización que integra LVC, formó parte de la delegación internacional que visitó Cisjordania en diciembre de 2024. Ella afirmó que “todos los campesinos y campesinas del mundo comprenden que la primera prioridad en este momento es resistir en el territorio, como en Palestina, y en todos los demás lugares donde el colonialismo y el capitalismo intentan robarnos nuestra tierra, nuestra agua, nuestros alimentos y nuestra soberanía alimentaria”. Morgan apoyó el discurso, afirmando que es importante realizar movilizaciones más amplias para destacar los vínculos entre las luchas de los diferentes movimientos contra el genocidio en Palestina y contra la industria militar en Europa. “Creemos que es nuestra responsabilidad, como agricultoras y agricultores europeos, juntamente con todas las ciudadanas y todos los ciudadanos europeos, exigir la suspensión inmediata del acuerdo entre la UE e Israel. Lo segundo es detener el envío de armas a Israel”.

Samba Fatou, representante de África Occidental y Central en el Comité Coordinador Internacional de LVC, destacó la interconexión entre los conflictos en todo el mundo. Ella destacó el impacto global de las guerras, especialmente en las mujeres y en la población rural: “Las guerras tienen consecuencias de gran alcance para las mujeres del África subsahariana, especialmente en las comunidades rurales”. Ellas siempre son de las primeras en sufrir cuando fallan los sistemas globales. Con la disminución de los insumos en el continente africano y el aumento de los precios de los alimentos, las mujeres, principales responsables de la nutrición de sus familias, se ven obligadas a tomar decisiones imposibles. El impacto indirecto de la guerra en las mujeres no se combate con bombas, sino con la pobreza, el hambre y la pérdida de oportunidades”.
 
 Michelline Islanda, de Haití, enfatizó la necesidad de un movimiento de solidaridad global con las personas campesinas de todo el mundo. “Nosotros, el pueblo haitiano, libramos nuestra lucha permanente contra el imperialismo y defendemos inequívocamente la dignidad humana”. La conversación concluyó con un llamado al 3.er Foro Global Nyéléni, que reunirá a movimientos de todo el mundo para debatir sobre la soberanía alimentaria y el cambio de sistema. El evento se celebrará en septiembre en Sri Lanka.

En cuanto al Foro Nyéléni, Morgan explicó que el objetivo es construir una alianza que confronte el sistema de dominación responsable de los conflictos que enfrentamos actualmente. “Necesitamos esforzarnos por construir alianzas sólidas con organizaciones ambientalistas, movimientos feministas y pueblos indígenas de todo el mundo. Puede que sea este internacionalismo que estamos construyendo entre los movimientos sociales lo que cambie el mundo para mejor, lo que nos saque de esta crisis tan dura”.

Escrito por Bianca Pessoa
Traducido por Aline Lopes Murillo
Idioma original: inglés

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