En las elecciones municipales de Turquía de 2024, el Partido Republicano del Pueblo (CHP) logró importantes victorias en grandes ciudades como Estambul, Ankara, Esmirna y otras 32 localidades. El CHP representa una fuerza de oposición frente al Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), liderado por Recep Tayyip Erdoğan, en el poder desde 2002. En la región del Kurdistán, el AKP también sufrió una derrota contundente, donde el Partido de la Izquierda Verde (DEM) ha ganado en 10 municipios.
A pesar de haber conseguido importantes victorias, los partidos de la oposición enfrentan a la designación de administradores por parte del gobierno nacional. Este tipo de intervención ocurre cuando un alcalde es destituido de su cargo y reemplazado temporalmente por un funcionario designado por el Estado (generalmente un gobernador provincial o distrital). En Turquía, se trata de una práctica particularmente común, implementada tras acusaciones de supuestos «vínculos con el terrorismo» dirigidas a alcaldes electos. Es una estrategia utilizada para que un designado por el gobierno asuma la administración municipal en lugar de un alcalde elegido por el voto popular. El gobierno nacional allanó el camino para la designación de administradores en los municipios tras el intento de golpe del 15 de julio de 2016. Entre 2016 y 2019, se designaron administradores en más de 95 municipios, principalmente en aquellos donde el Partido Democrático de los Pueblos (HDP), partido político del movimiento kurdo, había logrado victorias electorales. Tras las elecciones de 2024, a partir del 9 de abril de 2025, fueron designados administradores en un total de 6 municipios provinciales y 7 distritales, y dos alcaldes del CHP fueron arrestados y destituidos de sus cargos.
La próxima elección presidencial está prevista para 2028, y circula el rumor de que Recep Tayyip Erdoğan (AKP), en el poder desde hace más de una década, pretende postularse nuevamente, lo que no está permitido por la Constitución. Ante los constantes ataques a los derechos fundamentales, la profundización de la crisis económica y del régimen totalitario del AKP, el partido opositor CHP ha iniciado una campaña por elecciones anticipadas.
Ataques recientes
El alcalde de Estambul, Ekrem İmamoğlu, obtuvo excelentes resultados en dos elecciones locales consecutivas y se ha convertido en una figura destacada de la política turca. Tras estas victorias, la opinión pública comenzó a considerar que İmamoğlu debería ser el candidato de la oposición a la presidencia del país. Paralelamente a su popularidad, se iniciaron diversas investigaciones en su contra, por declaraciones realizadas en algunos de sus discursos sobre transacciones efectuadas en el municipio. Una de las investigaciones tiene como objetivo anular el diploma del alcalde debido a que había cambiado de universidad durante su carrera de grado. En Turquía, es obligatorio contar con un título universitario para postularse a la presidencia. En respuesta a la intimidación contra İmamoğlu a través de estas investigaciones, el CHP anunció que llevará a cabo elecciones primarias para definir quién será el candidato presidencial del partido.
El 18 de marzo de 2025, el título universitario de İmamoğlu fue anulado por su alma mater, la Universidad de Estambul. En la madrugada del 19 de marzo de 2025, İmamoğlu fue sacado de su domicilio y puesto bajo custodia acusado de terrorismo y corrupción. Como parte de la misma investigación también fueron detenidos dos alcaldes distritales y varios funcionarios municipales.
Otra investigación, basada en declaraciones de testigos confidenciales, alega que İmamoğlu, junto con sus aliados políticos, estuvo involucrado en casos de corrupción en el municipio. En otro caso, hay acusaciones de que colaboró con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y dio dinero a la organización para ganar elecciones municipales. La detención de Ekrem Imamoğlu, que parece haberse llevado a cabo sin ninguna prueba concreta, es vista por el público como una manera del gobierno de intentar frenar al rival más fuerte de Erdoğan. Tras las detenciones se organizaron grandes protestas, convocadas sobre todo por estudiantes universitarios. Fue significativo que la primera gran protesta para romper el bloqueo policial comenzara en la Universidad de Estambul, donde se graduó Ekrem İmamoğlu. Las protestas comenzaron el 19 de marzo en Estambul y muchas otras ciudades. El 23 de marzo, 48 personas, incluido İmamoğlu, fueron arrestadas y acusadas de corrupción, y tres personas más fueron arrestadas por cargos de terrorismo. İmamoğlu fue destituido de su cargo.
Las protestas que tienen lugar en el país son las más grandes registradas desde la Resistencia de Gezi en 2013.
Se trata de manifestaciones no sólo contra la detención de İmamoğlu, sino también contra el uso que hace el AKP del poder judicial como instrumento de represión política, el autoritarismo y los ataques a los derechos democráticos promovidos desde el día en que el partido llegó al poder.
Es importante destacar que existen diferencias importantes entre las protestas actuales y las manifestaciones del pasado. La Resistencia de Gezi, que tuvo lugar hace unos 12 años, fue una protesta pacífica a gran escala. También fue una movilización de izquierda y profundamente opuesta a la guerra y la militarización. En ese momento, yo estaba en la secundaria y esa fue mi primera protesta. El ambiente era de unificación en oposición a las políticas gubernamentales.
Debido a las políticas implementadas por el gobierno en los últimos 12 años, los cambios en el sistema educativo y el fortalecimiento de la derecha, esta vez vemos a un grupo diferente de jóvenes participando en las protestas. Son más militaristas y más nacionalistas. Influenciados por los cambios en el sistema educativo que han tenido lugar bajo el gobierno del AKP, muchos de los estudiantes han adoptado una retórica más agresiva y a veces violenta. Han estado lanzando insultos machistas, utilizando lenguaje racista y consignas hostiles, creando una atmósfera más divisiva. Aunque estos grupos no logran mucho impacto en las protestas donde los movimientos sociales y los partidos de izquierda están bien representados, intentan dominar las protestas donde hay mayor número de personas no organizadas.
Este cambio es particularmente preocupante para los grupos marginados, incluidas las feministas, las personas queer y la población kurda. Muchas de mis amistades pertenecientes a estos grupos han expresado sentir inseguridad en las protestas dominadas por estos grupos porque la cultura juvenil dominante en estos movimientos se siente excluyente y a veces hostil. Si bien las protestas son importantes, pueden ser espacios difíciles de participar para estos grupos. Por eso, las feministas denuncian el uso de malas palabras machistas, lemas racistas y consignas en espacios de resistencia, afirmando: “No somos objetos en malas palabras, somos sujetos en resistencia”.
El gobierno respondió con violencia policial y detenciones. Miles de personas fueron detenidas y casi 300 estudiantes universitarios fueron encarcelados. Casi 300 de los jóvenes y universitarios detenidos eran progresistas, feministas e izquierdistas, algunos de ellos organizados en movimientos sociales y partidos de izquierda. Los abogados de las personas detenidas denunciaron que las mujeres fueron sometidas a violencia sexual, inspecciones humillantes, insultos y tratos degradantes. Para evitar las protestas, el gobierno estableció nueve días para un feriado religioso que normalmente duraría tres días. Se esperaba que esto pusiera fin a las protestas en las calles y en las universidades, pero tan pronto como terminó el feriado, los estudiantes universitarios comenzaron a movilizarse nuevamente.
Al mismo tiempo, hubo anuncios del gobierno para iniciar un nuevo proceso de paz con el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) en la primera mitad de 2024. Tras estos llamados, el líder del PKK1Abdullah Öcalan es una figura política kurda que fundó el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) en 1978. Tras muchos años de conflicto armado, participó en el proceso de paz de la década de 2000 y se encuentra encarcelado en la prisión de Imralı (Turquía) desde 1999. Desde 2011, no ha podido reunirse regularmente con sus abogados y, entre el 25 de marzo de 2021 y febrero de 2025, estuvo recluido en condiciones de aislamiento absoluto., Abdullah Öcalan, quien había estado en aislamiento absoluto desde el 25 de marzo de 2021, pudo reunirse con parlamentarios y, en febrero de 2025, hizo una declaración llamando al PKK para cesar la violencia. Si bien este es un avance importante después de años de criminalización del movimiento kurdo y de los activistas por la paz, existen críticas por la falta de transparencia en el proceso.
Después de este proceso de paz, muchos argumentaron que el pueblo kurdo y el movimiento kurdo no querían participar en las protestas a favor de Ekrem İmamoğlu. Pese a ello, el movimiento kurdo condenó las detenciones y participó en las protestas, aunque no con toda su movilización. Se puede decir que el movimiento kurdo, que desde 2016 ha tenido alcaldes electos y parlamentarios reemplazados por administradores, no ha recibido el apoyo necesario del CHP y de algunos movimientos sociales. Por esta razón podemos decir que el movimiento se muestra reticente a organizar una gran movilización para las protestas actuales. Otra razón es que no quieren poner en peligro las negociaciones de paz que se han reanudado.
Movilizaciones populares
Durante estas protestas, en respuesta a las demandas de la población, el CHP propuso otra forma de movilización: un boicot económico. Muchos de los grandes empresarios de Turquía están en el gobierno o son conocidos por su cercanía a él. La respuesta pública a este llamado al boicot ha sido fuerte. El 2 de abril se hizo una convocatoria a un boicot económico total y a detener todo consumo. Después de esto, los movimientos sociales declararon que cada miércoles es un día de boicot económico total. Se trata de una medida poderosa y el Gobierno está ahora preocupado de que estas empresas se enfrenten a una situación difícil porque han perdido el apoyo de los consumidores.
Además, los mercados y productores locales están ganando apoyo y los mercados de trueque son cada vez más comunes. Estos mercados ofrecen una alternativa a las grandes corporaciones que apoyan al gobierno. Este escenario podría generar una transformación significativa en la relación de las personas con la economía en las próximas semanas.
Las feministas en Turquía continúan participando en estas acciones y buscan crear espacios seguros para la resistencia. El movimiento feminista, que es la oposición más fuerte al gobierno, sigue siendo criminalizado a diario. El gobierno ha declarado 2025 como el “Año de la Familia”. Hace unos meses nos enteramos de que estaban trabajando en un proyecto de ley para criminalizar a las mujeres y a las personas queer. En Turquía, donde la igualdad matrimonial ya no está aceptada, el proyecto de ley incluye artículos como el encarcelamiento por ceremonias simbólicas, como compromisos o bodas organizadas por parejas queer.
Durante años, nadie ha sido tan capaz de llevar adelante protestas contra el gobierno como el movimiento feminista, a pesar de la criminalización que enfrentan las organizaciones feministas.
Ahora existe una oportunidad importante para fortalecer el movimiento, especialmente entre las mujeres jóvenes que están ansiosas por el cambio. Muchas mujeres jóvenes miran a los movimientos feministas como su única fuente de confianza y esperanza de transformación. Se están realizando diversos eventos, foros y micrófonos abiertos en las universidades que podrían ser un momento crucial para la organización de las jóvenes feministas. Seguiremos fortaleciendo la lucha por una vida igualitaria, libre, justa y no violenta.