Jaron Browne es Director de Organización de la Alianza Popular para la Justicia Global [Grassroots Global Justice Alliance – GGJ], en Estados Unidos. Durante su participación en el encuentro “Tejiendo nuestras propuestas emancipatorias”, ocurrido en mayo de 2024 en Guatemala, Jaron cedió una entrevista enfocada en la agenda del abolicionismo carcelario, lucha proveniente de organizaciones antirracistas. Jaron es una persona trans, y llamó también la atención para la importancia del feminismo y de la organización de personas LGBT+ en la lucha abolicionista.
La entrevista parte principalmente de las experiencias y acumulados de lucha anticarcelaria en Estados Unidos, pero el problema de las prisiones está presente por todas las Américas y el mundo como una forma de control y manutención de la violencia capitalista, racista y patriarcal. En El Salvador, por ejemplo, el gobierno de derecha de Nayib Bukele ha impuesto un régimen de excepción y construyó la cárcel más grande de América, con capacidad para casi 50,000 personas. En dos años, entre 2022 y 2024, 78,000 personas fueron apresadas, y las organizaciones de derechos humanos reportan 244 personas fallecidas bajo custodia del Estado y miles de casos de violaciones a los derechos humanos.
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¿Qué es el abolicionismo carcelario?
Para nosotros, la importancia del concepto de abolicionismo es permitir entender que el sistema de encarcelación y de castigo tiene sus raíces en la historia de esclavitud. No existían cárceles en América del Norte antes de la esclavitud. Lo que está proponiendo el movimiento abolicionista feminista es ver que no es necesaria, por ninguna razón, esta forma de castración. Es un daño muy fuerte a las comunidades, específicamente a comunidades afrodescendientes e indígenas. Es un sistema violento, es un sistema racista. Entonces, el abolicionismo es una alternativa de seguridad y justicia para todos.
La cárcel no es una solución a los problemas de seguridad y violencia porque, de hecho, sostiene y reproduce violencia. ¿Qué estrategias existen dentro del abolicionismo para frenar el encarcelamiento? ¿Cómo se da la propuesta de desinversión?
Estamos hablando de desinversión y de cerrar estas cárceles. Desinversión de la policía, incluso la migratoria, y de las demás formas violentas de controlar a la gente. En vez de eso, hay muchas formas más con las que podemos introducir seguridad y justicia y enfrentar conflictos. Es importante mencionar que, en América del Norte, esta perspectiva viene de los movimientos feministas afrodescendientes. En los Estados Unidos, ahora, tenemos la más grande cantidad de gente encarcelada en el mundo.
DESTAQUE: Tenemos más de dos millones de personas encarceladas en los Estados Unidos. La mayoría de ellas son personas que nunca cometieron un acto violento. La mayoría es víctima de un sistema capitalista y de la pobreza. La mayoría de las personas encarceladas está ahí por razones sociales y también debido a un sistema de discriminación.
Por un tiempo, esto era lo único que existía para las personas en crisis, un acto violento con mucho impacto horrible por generaciones. Por eso, surge la idea de avanzar con alternativas, con la visión de que realmente no necesitamos ninguna cárcel. Punto.
La desfinanciación es muy importante. Si se mira el gran costo de cada persona encarcelada –una mujer, una madre, un hombre, persona transgénero– se ve que son miles de dólares por año. Es mucho más si imaginamos esas dos millones de personas encarceladas en Estados Unidos. ¿Qué es posible hacer con estos fondos? Es posible potenciar en estas personas el acceso a salud, rehabilitación, educación, viviendas sostenibles, cosas así. Para mí, esto es la entrada de esta lucha: con todo el dinero que están usando para construir cárceles, ¿qué pasa si lo invertimos en la comunidad, en la educación y en servicios comunitarios buenos? Esto es posible y esta es la demanda que ha surgido en las últimas dos décadas hasta el día de hoy, en Estados Unidos y a nivel mundial.
Las mujeres y diversidades sexuales viven impactos y consecuencias específicas en la cárcel, incluso con la violencia sexual por parte de guardias y policias. ¿Podrías traer tu visión sobre este tema?
Hay una crisis mundial de violencia contra las mujeres. Pero, si podemos mirar las raíces de esta violencia, ¿cómo podemos asegurar una seguridad verdadera? Eso es parte de lo que necesitamos. No es que queramos que los que están violando vayan a un lugar donde experimentan más violencia. También, con nuestro sistema policial, muchas veces las mujeres llaman a la policía en momentos de crisis, pero la policía viene con su mirada agresiva, lo que también puede no ser seguro para la mujer.
Por eso, estamos formando otras organizaciones, en las cuales nuevas cosas van a venir. ¿Cómo podemos organizarnos para tener una respuesta comunitaria? ¿Cómo podemos, mucho antes de que ocurra la crisis, invertir en recursos para crear comunidades seguras? La comunidad más segura no es aquella con más policía ni más cárceles, sino la que tiene más recursos realmente, con escuelas, lugares de salud y sanación, alimentos. Estas son las cosas que aseguran una comunidad y se puede sentirlo. Pero, cuando estamos viviendo en economías con muchas desigualdades, sentimos que necesitamos policía, necesitamos cárceles. Es una situación en la que hay mucha violencia y mucho sufrimiento, y eso está cambiando. Estamos cambiando.
¿Cómo se están dando estos cambios? ¿Cómo alterar los impactos del encierro carcelario sobre las familias y comunidades?
Las organizaciones son muy fuertes. Quiero mencionar la organización Coraje [Courage], que es miembro de GGJ y es una organización de jóvenes impactados por la encarcelación. Su consigna es cerrar cárceles para jóvenes y cultivar líderes jóvenes. Esta es su práctica, con educación política. Estos jóvenes vienen de la comunidad con mucho liderazgo. Lo que puedo observar en estas situaciones es que, cuando alguien es encarcelado, toda la familia está impactada. Tratan de mantener conexiones, visitar a su familia, buscar la oportunidad de pasar juntos el cumpleaños, pero es muy difícil. Además de la visita, sólo tener llamadas es difícil. Es un daño para generaciones enteras. Muchos jóvenes hablan de la experiencia de encarcelamiento de sus padres o familiares. Para las mujeres, esto es especialmente difícil, y quizás sea parte de la razón por la cual el movimiento abolicionista viene del feminismo negro, con la idea de Angela Davis. Hay muchas mujeres afrodescendientes con esta visión de abolicionismo.
También quiero mencionar la situación muy importante de las personas transgénero, porque las cárceles son muy peligrosas para ellas. Hay una lucha muy importante y organizaciones específicas para personas transgénero encarceladas. Una es el Proyecto de Justicia para Transgéneros, Género-Variantes e Intersexuales [Transgender Gender-Variant & Intersex Justice Project – TGIJP]. Una líder importante de esta organización se llamaba Miss Major. Su visión y compasión eran muy fuertes. Después de ella, muchas mujeres más están hablando de la criminalización que pasan, específicamente dirigida a mujeres transgénero. Cuando están encarceladas, viven una experiencia de mucha violación y violencia. Por eso, son fuertes en su acción y su activismo, con una contribución muy importante al movimiento abolicionista en general.
¿Qué tipo de justicia alternativa al sistema actual de justicia punitivista existe?
La idea de justicia restaurativa se centra principalmente en accountability [responsabilización]. Son procesos centralizados en las vivencias de las personas impactadas, pero permitiendo que tengamos conciencia de la humanidad de todes. La persona que tuvo responsabilidad de un daño a otra persona probablemente también en su vida habrá experiencias de violencia en su vida, y quizás fue víctima también. El proceso de justicia restaurativa incluye muchas maneras de trabajar esto desde el deseo de la persona impactada. Existen muchas organizaciones que practican esto y muchas veces las personas que participan en estos procesos viven una transformación increíble. Ninguno de nosotros está resumido por el acto más feo que hicimos en nuestra vida. Es importante enfrentar esos actos y asumir la responsabilidad. He oído de las personas que fueron víctimas que, cuando tienen la oportunidad de participar en un proceso así con alguien, es mucho más completo que la experiencia de tener a alguien encarcelado. Es complejo, pero es un proceso muy importante. Podemos aprender mucho de las experiencias que se están dando en varios lugares. Existe en las escuelas, en comunidades. Es un proceso avanzado en sus prácticas y tiene mucho potencial.
Para comprender el concepto de justicia restaurativa es importante definir qué es la seguridad. ¿Cómo avanzar en esto?
La belleza de esta idea viene de Angela Davis, una feminista afrodescendiente de Estados Unidos muy importante. Podemos mirar también, en el movimiento de justicia, a líderes encarcelados como George Jackson. Ahora, pienso que la idea se ha vinculado con muchas organizaciones, como el movimiento Vidas Negras Importan, entre otros movimientos de afrodescendientes en Estados Unidos, como Defensores de Sueños [Dream Defenders] y BYP100. El abolicionismo es una idea muy fuerte ahora, también lo era antes para chicanos, prisioneros políticos en Borinquen, Puerto Rico. Después de Vidas Negras Importan, podemos empujar estas ideas abolicionistas a nivel mundial. Hablamos en desinvertir en la policía, en un momento grande de conciencia del pueblo, diciendo que realmente no queremos esta policía que está matando a los hijos afrodescendientes.
Estamos llegando al final de nuestra conversación. ¿Te gustaría decir algo más sobre las alternativas al punitivismo carcelario?
De muchas maneras, especialmente en el Norte, estamos gastando billones, incluso trillones de dólares en violencia, guerras, bombas, policía y cárceles. Tenemos una economía capitalista que es una economía de muerte, una economía de violencia. Podemos ver el impacto de esta violencia a través de las generaciones. La conciencia que viene ahora del movimiento feminista de base es exponer que podemos promover una economía de vida, una economía de cuidado que valora a todas las personas.
Con esto, estamos avanzando hacia una visión de seguridad que pone mucho más fuerzas en la sanación, la rehabilitación, los recursos en comunidades y las oportunidades. Cuando hay estas visiones, incluida la justicia restaurativa, cuando invertimos en estas opciones, podemos mirar posibilidades completamente diferentes. Hay ejemplos de esto en todo el mundo. Sólo para mencionar una, Islandia tiene uno de los ejemplos más grandes, con una grave situación. Una persona entró armada y mató a mucha gente. Eso pasa muchas veces en Estados Unidos, en lo que llamamos mass shooting [disparos masivos]. En Islandia, cuando esto pasó, el gobierno progresista decidió invertir en muchas oportunidades, trabajo, centros de actividades para jóvenes, desde chiquitos. Era un cambio completo de situación de la violencia en el país. Ojalá podamos tener más intercambios, porque en otras partes de las Américas hay movimientos tratando de eso. En nuestros movimientos feministas, la idea del liderazgo potencial de todas las comunidades impactadas es fundamental.