En este mes de junio, marcado por las luchas del orgullo LGBT+ y la lucha contra la LGBT-fobia, entrevistamos a la militante campesina sudafricana Enny Myambo sobre la realidad de este tema en su país. Enny es parte del Movimiento del Pueblo Sin Tierra (LandlessPeople’sMovement — LPM), una organización campesina asociada a La Vía Campesina que lucha por tierra y reforma agraria en Sudáfrica.
“Soy agricultora, las semillas son mi patrimonio ancestral. Es lo que defiendo, lo que cultivo, lo que comparto y mantengo vivo”, afirma. En esta entrevista, Enny habla sobre el contexto de la lucha LGBT+ en Sudáfrica y su relación con la lucha feminista.
En 1996, la discriminación basada en la sexualidad se convirtió en un delito según la Constitución de Sudáfrica, lo que transformó al país en el primero del mundo en tener protecciones formales para los derechos de las personas LGBT+. ¿Puedes decirnos qué significa eso en la práctica? ¿Qué avances ha supuesto ese reconocimiento y cuáles son los desafíos actuales en ese sentido?
Las personas LGBT+ en Sudáfrica tienen legalmente los mismos derechos que las personas no LGBT+. Se consideran los derechos humanos tan importantes que no pueden limitarse ni suspenderse bajo ninguna circunstancia. Las personas son libres de identificarse como quieran. Pueden tener actividades y relaciones sexuales con quien elijan, sin ser criminalizadas, lo que no sucede en otros países. Además, se permite el matrimonio igualitario. Esto significa que las personas no pueden ser discriminadas por sus preferencias y orientación sexual.
Sin embargo, existen desafíos debido a los estereotipos sociales y culturales y las creencias religiosas. En algunas sociedades, esto es visto como un pecado por las comunidades cristianas y también por las creencias africanas, por lo que las personas no consiguen asumirse.
Todavía hay violencia contra la población LGBT+ en algunas regiones. Esto también sucede porque algunas personas se esconden en sus comunidades, mientras otras reconocen su situación. Esas personas son discriminadas incluso más que aquellas que mantienen su identidad en secreto.
¿Cómo el movimiento LGBT+ se relaciona con la lucha feminista? ¿Cuáles son las principales agendas del movimiento hoy?
En el caso del tema LGBT+, los prejuicios y la violencia llevaron a algunas personas a abandonar las organizaciones, las reuniones familiares e incluso las actividades comunitarias. La lucha LGBT+ está relacionada con la lucha feminista porque es a través del feminismo que las personas de la organización están comprendiendo mejor los derechos LGBT+.
En los primeros tiempos del movimiento, las personas LGBT+ campesinas no se consideraban feministas, pero defendían las luchas LGBT+. Con el tiempo, las feministas que actuaban junto a la lucha LGBT+ en LVC [La Vía Campesina] permitieron que se produjera su propia articulación. Esto avanzó el debate, abrió espacios y ofreció herramientas para las personas LGBT+.
Un pequeño número de personas LGBT+ participó en la conferencia de La Vía Campesina y se pronunció en defensa de una declaración más inclusiva. La LVC permitió la articulación LGBT+ para avanzar en los debates y abrir espacios para esa población, luchando para que esas personas sean tratadas como seres humanos y logren un lugar digno en la sociedad.
Aunque todavía hay desafíos, Sudáfrica representa una esperanza para la población LGBT+ en muchos otros países africanos donde hay persecución, criminalización y penas violentas, como Uganda y Nigeria. ¿Cómo esa agenda se relaciona con la de otros países del continente? ¿Cómo se efectiva la solidaridad entre personas de diferentes países?
La solidaridad tiene que ver con la conciencia de intereses, objetivos, estándares y afinidades compartidos, creando una noción psicológica de unidad grupal. La solidaridad entre diferentes países puede crear vínculos en una sociedad que une a las personas. Esto puede lograrse organizando actividades de construcción de equipos, facilitación de sesiones de intercambio de conocimientos o incluso con la implementación de programas de tutoría.
En algunos países, sobre todo en los países africanos, las leyes prohíben a las personas LGBT+ acceder a derechos y, aunque este acceso esté garantizado por la ley, las creencias y prácticas tradicionales impiden el ejercicio de esos derechos. LVC entiende que la liberación de las poblaciones LGBT+ no es un proceso individual, sino colectivo. Esto implica la libertad de los pueblos, que está en el enfoque del feminismo campesino y popular que identifica la realidad de las personas que viven y trabajan en el campo.
La Vía Campesina lleva algunos años avanzando hacia una perspectiva LGBT+basada en las muchas diversidades de la población rural. ¿Cómo ha sido esa lucha en las zonas rurales de Sudáfrica?
La lucha intenta amplificar el trabajo productivo que realizan las personas LGBT+, que aún necesita ser reconocido por las personas en las zonas rurales. Específicamente en esas áreas, no es fácil para la población LGBT+ reprimir sus sentimientos frente a otras personas. Las personas LGBT+ necesitan caminar juntas, como iguales, en la comunidad, para que haya más dignidad y justicia.