“Muy fuertes y muy valientes”: Las mujeres pastoras en Mongolia

07/08/2025 |

Capire

Maamankhuu Sodnom, de WAMIP, habla sobre la historia y las luchas actuales de las mujeres pastoras en el país

Maamankhuu Sodnom es una pastora del distrito de Tsogttsetsii, en la provincia de Umnugobi, Mongolia. Vive en una pequeña comunidad llamada Mandakh y se dedica a la pastoría desde hace más de 60 años. Maamankhuu es presidenta de la Asociación de Pastoras Nómadas de Mongolia Gobi y coordinadora regional para Asia Central y Oriental de la Alianza Mundial de Pueblos Pastores e Indígenas Nómadas (WAMIP). WAMIP es una de las organizaciones clave del 3.er Foro Global Nyéléni, que se celebrará en Sri Lanka en septiembre de 2025 y reunirá a organizaciones populares de todo el mundo para debatir los sistemas de opresión y las alternativas populares para una transformación sistémica.

Este artículo está basado en una entrevista concedida por Maamankhuu durante la actividad Empowering Herder Women: Challenges, Solutions and Opportunities[Empoderar a las mujeres pastoras: desafíos, soluciones y oportunidades], organizada por la Marcha Mundial de las Mujeres (MMM) en colaboración con WAMIP y la Asociación de Pastoras local. El evento tuvo lugar a finales de junio y forma parte del calendario de la 6ª Acción Internacional de la MMM. Durante esta actividad, “más de 150 mujeres se reunieron en la región de Gobi, en Mongolia, para abordar los desafíos críticos que enfrentan las mujeres pastoras, especialmente aquellos relacionados con la minería y la gestión de los pastizales”.

Mongolia es un país rico en carbón, cobre y otras materias primas esenciales para la industria tecnológica, que históricamente ha sufrido los impactos de la minería en las las comunidades locales y los modos de vida tradicionales e indígenas, los cuales suelen ignorarse en el llamado proceso de modernización. A continuación, Maamankhuu relata su trayectoria en el movimiento de pastoras y analiza el contexto histórico y las luchas actuales.

Durante la Unión Soviética, existían grupos comunitarios designados para trabajar juntos y cumplir los objetivos establecidos por el gobierno, y yo era muy activa en mi comunidad. Tras la transición hacia una sociedad de mercado y democrática, decidimos mantener algunas de esas prácticas, así que creé un nuevo grupo comunitario llamado Oyud. Trabajábamos colectivamente entre otras pastoras. Entonces me invitaron a participar en una conferencia internacional en Nairobi, Kenia, sobre nomadismo y pastoralismo, donde me pidieron que diera un discurso. En mi intervención, destaqué que las pastoras de Mongolia estaban abandonadas en sus pequeños pueblos y que nadie sabía que existían ni qué problemas tenían. Después, una persona de Irán se puso en contacto conmigo para hablar sobre estos temas. Este trabajo continuó y, en 2007, se creó en España la Alianza Mundial de Pastores y Pueblos Indígenas Nómadas (WAMIP), marcando el inicio de nuestra labor a nivel internacional.

Ese primer congreso, celebrado en Segovia, España, fue muy singular. Llevamos nuestros utensilios tradicionales del pastoreo. Una persona de España trajo sus animales al centro y fuimos con ellos al palacio del gobierno, pero no fue fácil conseguir repercusión y reconocimiento internacional. Asistieron representantes de 32 países y realizamos actividades participativas. Fue un evento muy significativo, en el que identificamos los principales retos de los lugares de donde venimos. Uno de los puntos centrales fue la situación de las mujeres pastoras, especialmente en Mongolia, porque la sociedad no valora nuestro trabajo y siempre son los hombres quienes reciben el reconocimiento. Este era el mayor desafío: cómo identificar las dificultades y oportunidades para garantizar que se valore por igual a pastoras y pastores, y cómo crear oportunidades en la economía del cuidado, cuya responsabilidad recae principalmente sobre las mujeres pastoras.

Tras el evento de 2007, se celebró un gran encuentro en la India, donde organizamos la primera conferencia y diálogo de mujeres pastoras. Después de esos debates, regresé a Mongolia y decidí que era necesario tener una organización propia para representar especialmente a las mujeres pastoras. Así, en 2014, fundamos la Asociación de Pastoras Nómadas de Mongolia Gobi. Nos interesaba desarrollar este trabajo con o sin apoyo internacional, de forma más local y autónoma.

 Nuestra primera acción concreta fue apoyar a un político que se presentó a las elecciones como candidato a diputado. Tras ser elegido, esto nos dio la oportunidad de acceder al Ministerio de Agricultura y llevarlo a nuestra ciudad natal para presentarle nuestras preocupaciones, retos y las oportunidades que existían.

Gracias a esta colaboración con el Ministerio de Agricultura, presentamos nuestras propuestas y mantuvimos reuniones presenciales con las y los responsables por la formulación de políticas públicas a nivel ministerial. Presentamos una lista de las miles de tareas que realizan diariamente pastores y pastoras. Así logramos que se reconociera que los pastores y pastoras poseen múltiples cualificaciones profesionales. 

Por todo ello, el Ministerio decidió otorgar a cada pastor y pastora del país un certificado que reconoce estas cualificaciones y reconocer oficialmente el pastoreo como profesión. También presentamos otras reivindicaciones y recomendaciones políticas. Por ejemplo, solicitamos que se reconociera a los pastores mayores como formadores certificados, a fin de aprovechar sus conocimientos tradicionales y garantizar que participen en la formación de las nuevas generaciones. Sin embargo, esta última propuesta no fue aceptada por el Ministerio.

Preocupaciones actuales

Aunque suele asociarse la minería al crecimiento económico, es crucial destacar que casi el 80% de la economía del país depende de nuestras tierras, especialmente de la región donde mantuvimos el diálogo con las mujeres pastoras. Este es precisamente uno de los temas centrales que queremos abordar en nuestras acciones, eventos y propuestas políticas.

Los políticos utilizan a las pastoras como instrumento electoral para conseguir votos. Solo se preocupan por nosotras durante el período electoral y luego nos abandonan. Es muy preocupante esta instrumentalización de las pastoras. Durante las elecciones se organizan numerosas conferencias y debates sobre políticas públicas. Sin embargo, tanto a nivel nacional como local, las pastoras raramente tienen un asiento o una voz que las representen en esos espacios. Solo suelen hablar las élites, los políticos o quienes detienen el poder. Tenemos muy pocas oportunidades para expresarnos.

Me enorgullece saber que las mujeres mongolas, especialmente las pastoras, son muy fuertes y valientes. En la vida social, política y económica de Mongolia, casi el 70% del trabajo recae sobre los hombros de las mujeres. Es precisamente por eso que no quieren apoyarnos ni invertir en nosotras. Quieren que nos quedemos en silencio, y aunque la presión sobre las mujeres es enorme, nos negamos a aceptarlo. Además, hay unas ONG que también intentan influir en nuestro trabajo. Esto es algo habitual y pone de manifiesto que nos ven, especialmente a las mujeres pastoras, como frágiles, intentando oprimirnos. Si bien estamos abiertas a colaborar con las ONG, a menudo utilizan nuestros conocimientos y nuestro sistema más en beneficio propio que para el beneficio mutuo.

Otra preocupación tiene que ver con las pastoras mayores y sus conocimientos tradicionales. Desde hace años, estos conocimientos han dejado de ser valorados, reconocidos o transmitidos adecuadamente a las nuevas generaciones. Por este motivo, mujeres del interior de Mongolia participaron en el evento organizado por la MMM y la Alianza Global de Pueblos Pastores e Indígenas Nómadas; para mostrar cómo están recuperando los conocimientos tradicionales de sus ancianos y garantizando que se transmitan y se desarrollen hacia las próximas generaciones.

Quiero agradecer a la Marcha Mundial de las Mujeres por haber hecho esto posible. Ha sido un período difícil para nosotras, pero también de mucha valentía, al conseguir una plataforma y un espacio donde poder hablar como mujeres pastoras.

Quiero agradecer a la Marcha Mundial de las Mujeres por haber hecho esto posible. Ha sido un período difícil para nosotras, pero también de mucha valentía, al conseguir una plataforma y un espacio donde poder hablar como mujeres pastoras. Para concluir, quiero pedir a la Marcha Mundial de las Mujeres que ponga más atención a la educación de las pastoras, apoyándolas en su desarrollo personal y profesional, que reconozca el pastoreo como una profesión y busque formas de mejorarla. También es fundamental educar a las pastoras sobre la importancia de los saberes de las personas mayores y garantizar su transmisión a las próximas generaciones. Necesitamos trabajar juntas para educar a nuestras pastoras y asegurar que todos estos conocimientos y tradiciones se conserven y se transmitan.

Fotos tomadas por Sibel Tekin durante la actividad «Empowering Herder Women»

Artículo redactado con base en una entrevista realizada por Sibel Tekin, de la MMM de Turquía
Introducción de Bianca Pessoa
Edición de Clarisse Schreiner y Helena Zelic
Traducido del portugués por Luiza Mançano
Idioma original: Inglés

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