La consigna “mujeres*, vida, libertad”1 en lengua persa no es nueva y es muy conocida en la región. De repente se ha popularizado en todo el mundo, gracias al hermoso, impresionante y valiente movimiento que se ha desarrollado en Irán en las últimas semanas. Pero el aislamiento histórico que el régimen iraní impuso a su pueblo y el nuevo apagón de Internet nos impiden conocer la magnitud y la brutalidad de los crímenes diarios del régimen. Tampoco sabemos mucho sobre la sociedad iraní, sus mujeres y su vida cotidiana.
Aunque somos mujeres de la misma región, tenemos muy poca información sobre la vida de las mujeres en Irán, salvo el hecho de que viven bajo un despotismo autocrático, en el que su presencia y sus cuerpos son vigilados, menospreciados y reducidos de forma continua.
En esta entrevista concedida por una feminista iraní, intentaremos conocer la vida de las mujeres en Irán, sus espacios de disidencia, a la luz de la actual jornada de lucha.
Como mujer iraní, ¿qué está permitido y qué no está permitido hacer, ser, parecer, decir,etc., por el Estado y por la sociedad? ¿Y cómo se aplican estas normas? ¿Las mujeres obligan a las demás a obedecer o es sólo la policía?
Desde la Revolución de 1979 en Irán, hay una inmensa línea que separa la esfera pública de la vida privada. Especialmente para las mujeres, esta línea empieza a aparecer en su vida el primer día que van a la escuela: no llevan velo en casa, pero tienen que llevarlo en la escuela. Así que ese es su primer contacto con la esfera pública, que es diferente de su hogar. Esto irá creciendo contigo cada día, cuanto más te involucres con la sociedad: en la universidad, en el trabajo, en los restaurantes, en el cine, etc.
Aquí no se trata de que, como mujer, no pueda estudiar, trabajar o socializar con mis amigos y amigas. Puedo hacer todo eso y, de hecho, el número de mujeres que completaron sus estudios universitarios y se incorporaron al mercado laboral en las últimas cuatro décadas ha sido especialmente alto en Irán. La cuestión es “cómo” debo ser vista en la sociedad y cómo eso [esa imagen] no corresponde a mí. Creo que en ello radica la importancia del uso obligatorio del hiyab, que afectaría a todos los aspectos de tu vida social como mujer, y a mí me molesta mucho ver que a menudo se lo rebaja a un simple «velo» o «código de vestimenta».
¿Cuál es la situación de las mujeres que trabajan en las instituciones estatales? ¿Es necesario demostrar apoyo al régimen para conseguir empleo en esas instituciones? ¿Hay puestos que las mujeres no pueden ocupar en esas instituciones?
Las instituciones estatales tienen normas muy estrictas tanto para los hombres como para las mujeres. Muchas de ellas tienen varias etapas de procesos de admisión para cada persona que se postula, y uno de los exámenes consiste en entrevistas ideológicas para para evaluar su familiaridad con la religión y los valores y creencias del sistema. Las normas y reglamentos de muchas instituciones estatales son mucho más estrictas que las del sector privado con respecto al código de vestimenta y la libertad de expresión. En esas instituciones, las mujeres tienen muchas más restricciones en cuanto a la vestimenta. El velo que llevan en la calle no está permitido en esos entornos de trabajo. Llevar maquillaje sería un problema para ellas, y así sucesivamente.
No sé si hay puestos que las mujeres no pueden ocupar en esas instituciones, pero, insisto, no se trata de la posibilidad de conseguir un empleo. Se trata más bien de que, concretamente como mujer, siempre te piden que ocultes u olvides una parte de ti que no está en consonancia con la ideología del sistema. Su cuerpo, su identidad, sus creencias, sus valores no tienen un lugar donde puedan expresarse plenamente.
Dado que la tortura y el asesinato de mujeres no es una excepción en Irán, ¿por qué la tortura y el asesinato de Mahsa Amini provocaron específicamente tanta reacción? ¿Fue por coincidir con conjeturas concretas o fue más bien por una suma de episodios, actitudes y prácticas? ¿Y cuáles serían?
Los últimos años fueron muy difíciles para el pueblo iraní. La situación económica se ha deteriorado drásticamente y millones de personas sufren una inflación desenfrenada. El umbral de la pobreza se incrementa drásticamente y la desigualdad entre clases es insólita. La corrupción de la clase dirigente, además de las sanciones, han afectado a la vida de millones de personas de las capas medias y bajas. Así que entiendo que todos esperábamos que hubiera un estallido social en algún momento debido a esta calamitosa situación económica. Los expertos sociales y políticos llevan años advirtiéndolo.
En este ambiente, el régimen también sigue insistiendo en aplicar normas y medidas para presionar cada vez más a las mujeres y expulsarlas de los espacios públicos. En los últimos meses, han aprobado varias leyes relacionadas con el control de las mujeres sobre su propio cuerpo, el trabajo de las mujeres, el uso del hiyab en lugares públicos, etc. Todos los días se publican noticias sobre esto. Así que creo que la sociedad ya estaba sensibilizada con las problemáticas relativas a la mujer. La espeluznante muerte de una mujer de 22 años bajo la custodia de la policía funcionó como si se echara leña al fuego. Por un lado, la sociedad sufre una tremenda presión económica, sin una llama de esperanza de un futuro mejor. Y tiene que enfrentarse a diferentes políticas que limitan su vida social día tras día. Sólo hacía falta un pequeño detonante para que estallara, y la muerte de Mahsa (Jina) fue ese detonante.
¿Cuáles son las principales reivindicaciones de las protestas hasta ahora? ¿Qué reclaman las mujeres?
En el centro de este estallido están las mujeres y su derecho a elegir qué ropa ponerse. Hoy lo llamamos revolución feminista porque asistimos a una movilización nacional en torno a la cuestión de las mujeres y el control de su propio cuerpo. Así que el reconocimiento de tal derecho está en el centro de estas movilizaciones. Pero no se limitan a eso.
La República Islámica afirma funcionar sobre la base de la sharía y, por lo tanto, se considera que cualquier voz que se oponga a las leyes es enemiga de la religión. Las personas que protestan se niegan a aceptar esas afirmaciones y exigen un sistema laico en el que todos los ciudadanos y ciudadanas, de cualquier fe, estén igualmente representados. Quieren un sistema que separe la religión del Estado, del poder judicial y de las normas y reglamentos sociales. Obviamente, esto comenzó con el tema del uso obligatorio del hiyab, pero no termina ahí. El hiyab obligatorio es la forma más explícita de opresión contra las mujeres, pero no es la única. La ley del estatuto personal, que interfiere en todos los aspectos de la vida de las mujeres, debe cambiar. Hay que abolir todas las políticas que limitan el acceso de las mujeres a sus derechos fundamentales. Por eso vemos que las consignas en las calles pasaron inmediatamente y en pocos días de la obligatoriedad del hiyab a la transformación de todo el sistema. Porque la gente que se manifiesta cree de verdad que en este sistema no hay transformación fundamental posible.
¿Cómo el régimen trata a las mujeres marginadas* —pobres, queer, campesinas, sin instrucción, cristianas, judías, kurdas, etc.?
Como en cualquier otro sistema patriarcal, jerárquico y centralizado, en Irán las discriminaciones están basadas en el estatuto personal, político, étnico, social y económico de las personas. El hombre rico, heterosexual, religioso, chiita y persa tiene más oportunidades que los demás. Las mujeres, por la ley del estatuto personal, son consideradas ciudadanas de segunda clase. Las cuestiones queer simplemente no aparecen en la Constitución. Se discrimina a grupos étnicos como las comunidades kurda, árabe y baluchi, en cuanto a la enseñanza de sus lenguas en la escuela y el derecho a ser presidente, por ejemplo. Las demás religiones deben obedecer las normas islámicas chiitas; por ejemplo, llevar el hiyab en lugares públicos también es obligatorio para las mujeres no musulmanas. Así que podemos decir que la opresión tiene diferentes caras y discrimina a las personas y comunidades de forma distinta en función de su estatus.
¿Cómo el Estado y la sociedad tratan a las mujeres iraníes expatriadas cuando regresan al país? Cuando regresan, ¿tienen que pagar el precio de haber vivido “en libertad” en el extranjero?
Si las expatriados no tienen una actividad política activa en la diáspora, no encontrarán ningún problema cuando regresen a Irán. Pero cualquier forma de acción política con respecto a Irán desde otros países —a veces puede ser mínima, como conceder una entrevista a un medio extranjero sobre la situación del país— puede suponer un problema para ellas a su regreso.
¿Qué está ocurriendo ahora en las calles? ¿Las manifestaciones se producen sólo en las ciudades? ¿En ciudades/regiones conocidas por la oposición al régimen? ¿La movilización es sólo en forma de protestas callejeras o también en debates, etc.? ¿Quién está en la calle, hay grupos políticos? ¿Se están conformando?
Las manifestaciones están ocurriendo desde hace tres semanas en varias ciudades. Algunas en megaciudades como Teherán, la capital, y otras en pueblos muy pequeños. En las universidades e incluso en las escuelas también se está protestando. Es un estallido a nivel nacional, aunque no todas las ciudades se manifiesten en las calles. La brutal represión del régimen no permite la realización de actos organizados, por lo que las protestas están dispersas en los barrios. En algunas regiones, como el Kurdistán, donde se inició la revuelta, hay más protestas, pero eso no significa que el resto del país esté en silencio.
No hay ningún grupo político que lidere o guíe las manifestaciones, y no se ha formado ninguna forma de liderazgo. Son movilizaciones muy espontáneas, y eso tiene sus pros y sus contras. La gente en la calle rechaza claramente cualquier forma de liderazgo, debido a la memoria colectiva de la revolución de 1979. La población iraní no quiere que ningún grupo político se apropie o se aproveche de su levantamiento. Por otro lado, ningún grupo político organizado podría realmente dirigir y organizar cualquier forma de resistencia. Por supuesto, esta es la actual situación y podrá cambiar en los próximos días, en función de cómo se desarrollen las protestas.
¿Cuáles son los perfiles de las mujeres que se movilizan, organizan y participan en el movimiento?
Si bien la presencia de mujeres jóvenes en las calles es evidente, no creo que podamos hacernos una idea completa de los perfiles de las mujeres en las manifestaciones sólo mirando los vídeos. Las protestas se están produciendo en numerosas regiones, y en ellas participan mujeres muy diversas. Todavía no hay datos estadísticos ni estudios que puedan mostrar la condición de las participantes en este estallido.
¿Y el movimiento feminista en Irán? ¿Hay grupos u ONG feministas? ¿Están activos? ¿Qué tipo de enfoque tienen y cuál es su papel ahora durante las manifestaciones?
Para responder a esta pregunta, creo que es importante presentar un poco del contexto del movimiento feminista en Irán. Tras la revolución de 1979 y los ocho años de guerra posteriores, los movimientos sociales de Irán se vieron completamente perjudicados. Muchas personas de izquierda, intelectuales y exmilitantes fueron detenidos o se vieron obligados a abandonar el país. Así que el movimiento feminista empezó a resurgir a mediados de la década de 2000, cuando terminó la guerra y el gobierno reformista asumió el poder e intentó abrir un pequeñísimo espacio para la construcción de movimientos sociales.
Desde el año 2000 y hasta el 2020, surgieron muchas variedades de colectivos y organizaciones feministas que actuaron en diferentes temas relacionados con los derechos de las mujeres. Por ejemplo, la Campaña por un millón de firmas comenzó en 2006 como un movimiento de base para hacer frente a la ley del estatuto personal, que es discriminatoria para las mujeres. Esa campaña consiguió organizar a muchas mujeres en diferentes ciudades e inició un debate público sobre los derechos de las mujeres en el matrimonio, el divorcio, la custodia, etc., junto con campañas de sensibilización sobre diferentes formas de violencia contra las mujeres. Ese movimiento arrojó luz sobre la Constitución y la popularizó en la sociedad. No fue un trabajo fácil, porque el régimen no dejaba de presionar a las militantes feministas, de citarlas a declarar, de detenerlas en la calle y en sus hogares. Pero el movimiento no paró de crecer y de sumar más miembros, a pesar de todas las dificultades.
El Movimiento Verde de 2009 en Irán y la brutal represión que se produjo a continuación desarticularon por completo esa base. Un gran número de activistas fue detenido, muchas personas tuvieron que abandonar el país y el movimiento no pudo recuperarse después. En los últimos años, y con la ayuda de las redes sociales, las feministas del país pudieron seguir actuando, principalmente a través de Internet, al escribir, plantear el debate feminista, organizar campañas, etc. En Irán nunca se han permitido las ONG, por lo que el movimiento feminista siempre ha contado con voluntarias que dedican su tiempo y esfuerzo sin ningún tipo de recursos ni apoyo financiero.
Este estallido no se produjo en el vacío. Sus raíces se remontan a todos los esfuerzos que las militantes feministas han realizado durante todos estos años. Han trabajado mucho para sensibilizar a la sociedad sobre las cuestiones de género y de la mujer. Escribieron, enseñaron y se organizaron en una situación muy terrible, para que hoy podamos ver cómo la sociedad tiene conciencia de la discriminación de las mujeres, y cómo está respondiendo a la opresión a la que las mujeres se enfrentan cada día.
¿Existe una coordinadora de organizaciones de mujeres? ¿Y qué estrategias tienen para organizar las movilizaciones, teniendo en cuenta las restricciones de internet y la violencia de la represión?
Si hay alguna agrupación de organizaciones feministas o de mujeres de alguna manera, no podría decirlo porque sería muy peligroso para ellas anunciarlas. Así que puede que haya un grupo de feministas dentro del país para movilizarse, y puede que no. Por otro lado, fuera del país, un grupo de feministas de la diáspora, que trabajaron juntas en el movimiento feminista entre 2006-2009, que se reunieron en las últimas semanas y formaron una red para coordinar eventos y actos en varios países. Bajo el nombre de “Feministas por Jina” [“Feminists for Jina”], organizaron el domingo 2 de octubre una jornada de acción feminista en solidaridad con las mujeres* de Irán. Feministas de 32 ciudades de todo el mundo respondieron al llamamiento y organizaron actos, sentadas e intervenciones artísticas callejeras para expresar su solidaridad. La red trabaja ahora con otros grupos, colectivos y organizaciones feministas de todo el mundo tanto para alzar la voz de las mujeres* iraníes y sus reivindicaciones como para iniciar un debate feminista inspirado en el estallido en Irán.
Sabemos que las mujeres participaron muy activamente en la revolución de 1979, y que tenían diferentes expectativas sobre los resultados de su movimiento. ¿Cuál es la lectura feminista sobre la revolución «islámica»?
La Revolución de 1979 no pretendía ser una revolución islámica. En la revolución participaron diferentes personas, que profesaban distintas creencias, entre ellas gente de izquierda, seglares, islamistas y personas que no seguían ninguna ideología. La Revolución fue secuestrada por los islamistas más tarde.
Las mujeres fueron el primer grupo de personas que se opusieron al planteamiento retrógrado de los revolucionarios contra las mujeres. Protestaron contra la idea de Jomeini sobre el hiyab el 8 de marzo de 1979, apenas dos meses después de la revolución.
Fue evidente cómo se negaron a llevar el hiyab e hicieron que Jomeini se retractara. Después siguieron protestando y fueron brutalmente oprimidas. Así que al menos un grupo de mujeres (las feministas) sintió el peligro del control religioso sobre sus vidas. Pero sus voces fueron silenciadas por completo por la propaganda de los revolucionarios y el estallido de la guerra entre Irán e Irak. El nuevo sistema establecido lo aprovechó para suprimir cualquier oposición, con la excusa de la seguridad nacional, durante el periodo de la guerra. Las mujeres y las feministas nunca se han rendido del todo a la fuerza del hiyab. Están luchando todos los días, de diferentes maneras.
¿Cómo se relacionan las movilizaciones actuales con la historia anterior de la resistencia y las luchas feministas en Irán?
Como he dicho, no creo que los movimientos se formen en el vacío. Hay una historia detrás de cada paso que la sociedad decide dar. La lucha contra el patriarcado en Irán tiene más de cien años, cuando las mujeres empezaron a luchar por su derecho a la educación, a publicar sus propios periódicos, a tener el derecho al voto, a luchar por sus derechos civiles. Lucharon contra dictaduras, líderes religiosos, contra el poder político, contra las tradiciones e incluso contra las familias. En todo momento hay que recordar y mencionar los esfuerzos anteriores.
Las activistas feministas de Irán han recorrido un largo camino para que llegara el día en que todo la gente gritara en las calles “mujeres*, vida, libertad”. Esto no ocurre de repente o al azar. Especialmente en las últimas cuatro décadas, las mujeres han demostrado una tremenda valentía en la lucha diaria contra el hiyab obligatorio y han logrado que se diferencie cada vez más de lo que aprueban las autoridades. Hemos avanzado mucho hasta ahora, y creo que nos queda un largo camino por recorrer. Y de esto se trata el movimiento: conseguir que la sociedad reconozca y respete la igualdad y la justicia para las mujeres*.
¿Cómo repercuten las movilizaciones actuales en las comunidades? ¿Reciben las mujeres apoyo y/o críticas (y por parte de quién)?
Hasta ahora, sólo hubo apoyo. Creo que la sociedad dio un gran paso adelante. Hace dos meses, nadie habría imaginado que se produciría un estallido en Irán fundamentalmente con las mujeres* en el centro. Fue algo que nadie predijo. Ahora vemos a las mujeres en las calles liderando las manifestaciones, llevando sus consignas, enfrentándose a la policía, quemando sus velos, y todo el mundo las apoya y las sigue. Esta no es la sociedad que conocía hace dos meses. Así que imagino, al menos en este momento, que es algo muy prometedor.
¿Cómo quieren que las mujeres del mundo las apoyen? ¿Hay acciones específicas que las feministas de todo el mundo puedan llevar a cabo, además de lo que ya se está haciendo? ¿Hay alguna forma de crear redes con feministas de la región y del mundo? ¿Y esto ya está ocurriendo ahora, cómo y con quién?
Creo que las acciones feministas son decisivas en este momento. No hay duda de lo gratificante que sería para nosotras una solidaridad feminista en este momento, pero creo que hay más que hacer en términos de inspirarse en esta revuelta para construir redes, especialmente en la región y en el Sur global, para construir movimientos y acciones más conectadas. Personalmente, me gustaría que las feministas reconocieran que lo que enfrentamos en Irán es una forma de opresión patriarcal, pero no es la única. Las mujeres de muchos países de la región sufren el patriarcado de muchas maneras.
- Se incorporó el uso del asterisco para contemplar a todas las personas que se identifican con este sujeto. [↩]