Historia y balance del movimiento feminista en Marruecos

07/10/2021 |

Por Khadija Ryadi

Lee un fragmento del artículo "Movimiento feminista en Marruecos" escrito por Khadija Ryadi

Marche Mondiale des Femmes, 2020.

Este texto forma parte del artículo Movimiento feminista en Marruecos: recorrido y perspectivas, escrito por Khadija Ryadi para la publicación Islamofobia y género, disponible en formato digital en castellano, euskera y gallego. El libro está publicado por SOS Racismo, una federación de organizaciones autónomas que luchan contra el racismo y la xenofobia en el Estado español. La publicación forma parte de un proceso de formación y reflexión entre mujeres musulmanas y no musulmanas, y reúne artículos sobre la relación entre el feminismo y el antirracismo y los retos para hacer frente a la islamofobia.

El siguiente fragmento ofrece un panorama del movimiento feminista en Marruecos desde su comienzo hasta la actualidad, y propone una revisión de los caminos recorridos. Khadija Ryadi es militante de la Marcha Mundial de las Mujeres en Marruecos. Ex presidenta de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (Association Marocaine des Droits Humains – AMDH), recibió el Premio de Derechos Humanos de la ONU en 2013.

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Las mujeres marroquíes se organizaron relativamente temprano para la defensa de los derechos de las mujeres, si tomamos en cuenta el despertar de los marroquíes y las marroquíes en otros asuntos relacionados con la democracia y la modernidad. (…) Los primeros pasos del feminismo marroquí se remontan a la década de 1940, cuando los partidos políticos más importantes de la época empiezan a interesarse por la situación de las mujeres. (…) Las mujeres miembros de uno de los dos partidos nacionalistas de esa época se habían organizado en una asociación llamada Akhawat Assafa que significa “las hermanas de la pureza”. Ya en 1944 plantearon una serie de reivindicaciones para mejorar la situación de las mujeres, que eran, en su mayoría, analfabetas y pobres. (…) La principal causa defendida por Akhawat Assafa era el respeto de las trabajadoras del hogar, una ley de familia, que todavía no existía, para proteger a las mujeres en el contexto del matrimonio, la sensibilización contra la violencia ejercida contra las mujeres…

El Partido Comunista (PC), que en aquel tiempo era en realidad una fracción del Partido Comunista francés, puesto que Marruecos todavía estaba bajo colonización francesa, había creado la Unión de Mujeres de Marruecos. El PC se ocupaba más de los problemas sociales y económicos de las mujeres. Su trabajo fue sobre todo un intento de aproximación a las mujeres de las clases populares a través de la asociación Mujeres de Marruecos, que se transformaría varias décadas más tarde en la Asociación Democrática de Mujeres de Marruecos, hoy todavía activa. Esta asociación terminó separándose totalmente del Partido Comunista, que fue prohibido por el régimen marroquí después de la independencia, y volvió a la escena política pero con un programa más bien socialdemócrata.

(…) La primera oleada del feminismo marroquí vio la luz en el período en que Marruecos fue colonizado, y abarca desde mediados de los años cuarenta hasta principios de los sesenta.

Durante esta experiencia feminista, y cuando el feminismo vinculado a los partidos políticos se agotaba, las mujeres sindicalistas tomaron el testigo y marcaron el paso con la creación, en 1960, de la primera organización independiente de mujeres que fue la Unión Progresista de Mujeres de Marruecos, creada en el seno de la primera central sindical marroquí, la UMT, formada cinco años antes en la clandestinidad para escapar de la represión de las autoridades francesas que prohibía a los marroquíes crear sus propios sindicatos. Así, las mujeres estuvieron presentes en todos aquellos momentos difíciles tanto de la lucha nacional por la liberación, como de la lucha social dentro de los sindicatos.

Después de esas grandes experiencias feministas políticas y sindicales, la lucha de las mujeres estuvo hibernando durante mucho tiempo. El tema de los derechos de las mujeres quedó relegado a un segundo plano, mientras la lucha política dominaba el panorama, especialmente después de los primeros enfrentamientos sobre la naturaleza de la gobernanza a poner en marcha tras la independencia, entre el ala izquierda del movimiento nacional y la monarquía. Ahí comenzó la represión contra la oposición. (…) Hasta mediados de los 80 del siglo pasado no dio comienzo la segunda generación del feminismo. Esa década fue un momento de despertar para el movimiento. Las militantes de los partidos de izquierda, que eran esencialmente mujeres marxistas, decidieron tomar su destino en sus propias manos. Así comenzó la creación de las organizaciones de mujeres fuera de los partidos políticos.

Nacimiento de un nuevo feminismo

Varios factores contribuyeron al nacimiento de la nueva generación del movimiento de mujeres en Marruecos.

Las razones más decisivas siguen siendo las condiciones de vida de las mujeres marroquíes afectadas por la marginación y que vivían la discriminación en todos los niveles; también fue decisivo el fracaso de la legislación marroquí, que presentaba enormes defectos que socavaban los derechos de las mujeres y su dignidad, tanto el código de familia de la época, como el código penal, todavía vigente, como las leyes de comercio, nacionalidad, código de procedimiento civil… y otros, que en su mayoría siguen siendo discriminatorias. (…)

Otros factores, externos esta vez, contribuyeron a la aparición de la segunda ola del feminismo marroquí. Los más importantes fueron la influencia de pensadores reformistas de países árabes como Túnez y Egipto. (…) Las feministas marroquíes también se hicieron eco de los grandes escritoras orientales como Nawal Saadaoui, Fahima Charafeddine, Farida Nakkache, etc. Las publicaciones de estas escritoras ayudaron a crear la base intelectual del feminismo marroquí. El otro factor es el impacto de los feminismos en Europa y Occidente en general, especialmente después del mayo del 68 francés. El impacto de este feminismo fue muy profundo, ya que marcó el feminismo marroquí e influyó en su elección universalista y sus métodos de trabajo.

La nueva ola del feminismo ha pasado por varias fases

El renacimiento del movimiento de mujeres en Marruecos está marcado por su aspecto intelectual. El establecimiento de los fundamentos del feminismo marroquí actual pasa a través de la cultura. Esta elección está dictada por el deseo de establecer la legitimidad de las demandas de las mujeres en una sociedad profundamente misógina y en medio de un movimiento político radical que todavía consideraba el enfoque de género como perturbador de la lucha de clases.

(…) Las mujeres activistas de la causa femenina provenían principalmente de los partidos políticos de izquierda. Estos partidos, dominados por su ideología de clase, no concedieron suficiente atención a la problemática de las mujeres, por lo que varias mujeres activistas decidieron hacerlo por sí mismas. Entre los hitos más conocidos de esta fase hay que señalar la creación del periódico “8 de marzo”, primer periódico especializado en las cuestiones femeninas que se publicó en Marruecos, en el que se comprometieron varias plumas femeninas. El primer campo de batalla fue la ley de la familia.

En la segunda fase de la construcción del movimiento de mujeres en Marruecos surgen las primeras estructuras de acciones que tomaron diversas formas. Es el caso de los comités de mujeres en las universidades, creados por las activistas del sindicato estudiantil Unión Nacional de Estudiantes de Marruecos. (…) La segunda estructura fueron los clubes de mujeres establecidos en los centros juveniles. (…) A lo largo y ancho del país, diversos clubes se han centrado en la alfabetización de las mujeres. Esa acción permitió acercarse a las mujeres de las clases más desfavorecidas; e incluso se crearon algunos clubes dentro de los sindicatos dedicados a las mujeres trabajadoras.

La creación de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos en 1979, la mayor asociación de derechos humanos en Marruecos, y el desarrollo de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) por la ONU, influyeron sobre los movimientos de mujeres y en optar por el referencial universal como base de su lucha y sus reivindicaciones. Es lo que constituye la tercera fase del movimiento de las mujeres marroquíes.

(…) La mayoría de las asociaciones de mujeres que se crearon en este período y que actualmente forman el núcleo de lo que comúnmente se llaman asociaciones feministas marroquíes (…) consideraron que la lucha de las mujeres debe dirigirse contra el patriarcado esencialmente, como origen de la opresión de las mujeres. Una minoría de mujeres activistas permaneció fiel a su análisis y prefirió actuar en sindicatos junto a las trabajadoras y mujeres pobres, y vincular sus luchas contra la explotación económica con sus luchas contra la violencia de género y otras formas de opresión patriarcal.

La fase de las reivindicaciones

1993 fue un año especial en la vida del movimiento de mujeres marroquíes. Por primera vez, las diferentes estructuras de mujeres, en su mayoría sectores femeninos de los partidos de oposición, los comités de mujeres de los sindicatos y algunas asociaciones de derechos de las mujeres recién creadas, se agrupan en una red y anuncian el comienzo de una lucha por el cambio del código del estatuto personal. Esa batalla ocupó un lugar importante en la sociedad y fue durante 4 meses el centro de las luchas en el país. (…) El año 2000 fue la segunda fecha importante en la vida del movimiento de mujeres en Marruecos. Fue el año de la primera marcha de mujeres por las mujeres. Ella reunió a decenas de miles de mujeres. Pero una marcha paralela organizada por partidos y movimientos conservadores resultó ser mucho más grande e impresionante. La batalla se perdió de nuevo, pero las mujeres no se dieron por vencidas.

Se creó una nueva red de mujeres llamada “Primavera de la igualdad” y una vez más se luchaba por un nuevo código de familia. La batalla obtuvo resultados parciales en 2004 cuando se reformó la ley y fue reemplazada por una nueva mucho más justa, pero aún lejos de satisfacer las aspiraciones de las mujeres por la igualdad y la ciudadanía. Esta fase ha permitido que el movimiento de mujeres se establezca en la sociedad como un actor de lucha y cambio. También le ha permitido ocupar el centro del escenario durante bastante tiempo. (…)

Los errores del movimiento de mujeres en Marruecos

(…) La preocupación por la independencia frente a los partidos políticos se convirtió en una fobia a lo político, especialmente a la izquierda de la cual surgieron las fundadoras del movimiento.

Esto hará que el movimiento sea poco sensible al conjunto de luchas de los movimientos de cambio en la sociedad. (…) Sin embargo, la mayoría de los movimientos sociales que han surgido y las protestas populares que han estallado en el país en los últimos quince años son en su mayoría movimientos de mujeres o al menos se caracterizan por una participación significativa de las mujeres. El feminismo marroquí se ha encontrado alejado de las luchas femeninas contra otras formas de opresión y discriminación, como son la opresión de clase o las discriminaciones contra la mujer rural.

Esa situación se reforzó al comienzo del milenio. De hecho, después de los ataques terroristas en Marruecos en 2003, el gobierno marroquí (…) se presenta como garante de las libertades y única alternativa al proyecto islamista. Las asociaciones de mujeres son las más sensibles a este discurso ya que las mujeres son el objetivo favorito de los islamistas. Este alineamiento ha afectado en gran medida a la imagen de las asociaciones de mujeres. Esto fue mucho más visible en 2011 cuando, a raíz de las protestas populares en el mundo llamado árabe, estallaron las manifestaciones de un movimiento juvenil llamado “Movimiento 20 de febrero” en docenas de ciudades marroquíes. Cientos de miles de manifestantes y más de 100 ONG y sindicatos de izquierda y partidos políticos formaron una red de apoyo para el movimiento, excepto las ONG de mujeres que se abstuvieron. La razón que se arguyó fue que los islamistas formaban parte de las organizaciones que se manifestaban. El momento fue histórico y la posición del movimiento de mujeres no fue bien recibida.

Perspectivas para un movimiento de mujeres combativo

(…) No hay expectativas de que las asociaciones de mujeres que tomaron las decisiones antes mencionadas las revisen. (…) Esta renovación es esperable en las ONG locales de mujeres. Aunque son menos conocidas, son más numerosas y más efectivas. Tendrán éxito en esta misión porque están más comprometidos con el trabajo de proximidad y más cerca de los movimientos de protesta populares debido a su ubicación geográfica, su pertenencia de clase o sus elecciones ideológicas. Están en mejor posición para reinventar el feminismo marroquí. Hacer un feminismo sobre el terreno, pero no de asistencia. Una nueva forma de movilización ciudadana para cambiar la situación de las mujeres. Una estrategia de acción con las mujeres y no para las mujeres. Un feminismo que encontrará su lugar en armonía con todas las luchas por una sociedad más igualitaria y equitativa. Porque el feminismo que lucha contra el sexismo y la desigualdad de género no se puede separar de las otras formas de explotación y discriminación, y sólo puede tener éxito si sabe anidar en las diversas luchas por la emancipación de todo el pueblo marroquí.

(…) Houria Bouteldja defiende un feminismo que no tenga que elegir entre ser antisexista o ser antirracista. Un feminismo que califica de “paradójico”, al tener que proteger a las “mujeres árabes” del sexismo real de su comunidad (y también del de la sociedad europea), y al mismo tiempo tener que defender a los “hombres árabes” del racismo que les acusa de ser machistas por naturaleza. Un feminismo que también podemos defender las feministas que no sufrimos directamente el racismo estructural, pero que seguimos abiertas a la deconstrucción de nuestros saberes y prácticas (neo)coloniales; mujeres que no queremos obviar la “raza”, ni que tampoco pedimos ni creemos que las estrategias de resistencia se tengan que basar siempre y únicamente en el género.

Edición por Bianca Pessoa y Helena Zelic

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